Economía

El exitoso emprendimiento de exportar baterías usadas

La conciencia ecológica, más la oportunidad de transformar los desechos de baterías usadas en ingresos, motivaron a Angélica de León y varios socios a fundar en el 2009 la empresa Baretec.

Aunque los trámites y permisos para exportar este tipo de materiales consumieron varios años, en diciembre del 2013 la empresa logró vender tres contenedores a una planta coreana que recicla baterías usadas. En el 2014, las exportaciones se tradujeron en 290 mil baterías, equivalentes a 6 mil toneladas. Mientras que, en el 2015, Baretec recolectó y exportó 295 mil baterías, con un peso de 6 mil 150 toneladas.

“Estamos hablando de más de 12 mil toneladas de desechos tóxicos sacados del país en dos años, aunque este monto no representa ni siquiera el 5% del total de baterías que se desechan anualmente en Guatemala” afirmó De León.

La idea de instalar una planta para el almacenaje, empaque y posterior exportación de baterías usadas surgió después de que De León vivió durante varios años en Corea del Sur, país donde observó de cerca la cultura local de protección del ambiente y los recursos naturales.

Que se fundó en Guatemala la firma Beretec.


Fue así como nació la inquietud de emprender un proyecto verde en Guatemala, en donde se pudieran aplicar las experiencias del país asiático.

En la actualidad, la planta de Baretec instalada en el municipio de Amatitlán, departamento de Guatemala, ofrece empleo a 25 colaboradores, adicionales a los que laboran en la sala de ventas y oficinas centrales en la Ciudad de Guatemala.

baterías se han exportado hacia Corea del Sur.


De León recordó que la compañía trabaja de la mano con el programa Amigos del Planeta, cuyo fin es la recolección responsable de desechos peligrosos, entre los que se encuentran las baterías de ácido plomo usadas, conocidas en la jerga comercial como bapus.

Datos recopilados por la empresa dan cuenta que los casi tres millones de vehículos del parque automotriz guatemalteco desechan anualmente más de un millón 200 mil baterías usadas que, según De León, “están olvidadas en el garaje de la casa, en el jardín, el patio o en cualquier lugar, menos en una planta adecuada de reciclaje”.

Tiempos difíciles

Pero no todo ha sido fácil para la empresa, pues entre el 2014 y el 2015, el precio de la tonelada de plomo bajó de US$2 mil 400 a US$1 mil 600, lo que ha complicado su operación.

La caída de las materias primas en la Bolsa en Chicago y en la Bolsa de Metales de Londres les ha afectado, porque al exportar batería de ácido plomo, el valor de los desechos está sujeto al mercado bursátil, en donde “los precios han caído en forma estrepitosa”, explicó la empresaria guatemalteca.

A la débil situación de la bolsa se suma la apreciación del quetzal, pues, según la empresaria, cuando se exportan se reciben dólares, pero las baterías se deben comprar en moneda nacional, lo que les hace perder competitividad.

Proyecto verde

Este año, los directivos de Baretec tienen el plan de empezar la construcción de una planta en el municipio de Palín, departamento de Guatemala, complejo industrial que mediano plazo podría albergar a otros proyectos verdes que involucren desechos peligrosos.

De León recuerda que inicialmente se pensó en procesar ácido sulfúrico y rebajarlo para darle usos agrícolas, pero el proceso era muy complicado; para empezar, requería de una inversión de aproximadamente US$200 mil, capital que permitiría alcanzar un buen manejo para la producción y comercialización de un fertilizante de calidad.

Otro proyecto de la empresa nacional es la recolección de aceite de cocina, con el objetivo de convertirlo en biodiésel, pero este programa todavía se visualiza a mediano plazo.

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