En aquella época, los globos aerostáticos eran la única vía de comunicación para enviar misivas entre París y el resto de Francia. Se efectuaban docenas de vuelos, sobre todo por la noche, y así miles de cartas eran distribuidas.
Una de ellas fue descubierta en los Archivos Nacionales de Australia. La carta fue escrita en francés el 6 de diciembre de 1870 por un hombre llamado Charles Mesnier (o Mesmier) a su madre, cuya dirección era la casa del señor Grussin (o Grossin) en el número 8 de la plaza de la Villa, en Pont-Audemer, Normandía (norte de Francia) .
“Es un elemento humano intrigante en un momento importante de la Historia” , comentó a la AFP la directora general adjunta de los Archivos Nacionales australianos, Louise Doyle.
“No estamos seguros de cómo terminó a Australia, pero sería fascinante saber más detalles. Si hay gente que lo ve, sería interesante tener más elementos de contexto en relación a esta carta” , precisó.
La misiva fue transferida en 2001 del Museo de Correos y Telégrafos de Queensland (noreste) a los Archivos Nacionales de Australia. Ha visto la luz ahora durante un proyecto conjunto con los Archivos Nacionales franceses.
Según Doyle, la carta fue enviada el 7 de diciembre y llegó a Pont-Audemer el 16 del mismo mes.
En el escrito, lleno de entusiasmo, el hombre tranquiliza a su madre diciéndole que se encuentra en buena salud.
“Querida madre. Todos los días espero recibir noticias tuyas y de la familia, pero hasta ahora no he recibido nada” , empieza la carta.
“Por el momento, el cerco no ha afectado el estado de nuestra salud” , asegura. “No tenemos carne todos los días, y cuando nos la sirven no es mucha cantidad, pero nos adaptamos fácilmente a este estado de las cosas” , precisa Mesnier.
Un testimonio que contrasta con la realidad histórica de un invierno especialmente duro y de una grave hambruna que hizo que los más pobres comieran carne de gato, de perro y ratas para sobrevivir.
La misiva es una sola hoja amarillenta, de 20 cm por 13, con unas 50 líneas manuscritas, bien regulares y comprimidas. La hoja está plegada varias veces para que quepa en un pequeño sobre, donde se ve un sello, el sello postal y la mención “par ballon monté” (por globo aerostático) .
“El deseo de expulsar a los prusianos es hoy el único pensamiento de París. Sufriremos todo antes de abrirles las puertas de la capital” , escribe Mesnier esperanzado.
Su entusiasmo se verá sin embargo frenado. Tras una intensa campaña de bombardeos, el gobierno de la defensa nacional francesa firmará en enero el armisticio y la Comuna de París evolucionará hacia un contexto social mucho más tendido del que cuenta Mesnier.