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Problemáticas diarias afectan la salud mental

La dinámica de la vida en una metrópoli altera a sus habitantes y ninguno puede escapar de los efectos de esa modernidad en la salud mental, aseguran expertos.

Entre las causas del rompimiento del equilibrio de las personas se encuentran los problemas socioeconómicos, laborales y emocionales, así como la violencia y el tránsito.

Los factores que inciden en la salud mental se resaltan en la Encuesta Libre publicada en este matutino en mayo y septiembre de 2015. En esta se destaca que la inseguridad prevaleció como el principal problema que afecta a la población, seguido de la falta de empleo.

Según la Encuesta Nacional de Salud Mental, elaborada por la Universidad de San Carlos en el 2010, uno de cada cuatro guatemaltecos mayores de 18 años ha padecido un trastorno mental en su vida.

Maritza Ochoa, presidenta del Colegio de Psicólogos de Guatemala, indicó que no se cuenta con estadísticas precisas sobre las enfermedades más recurrentes en el área de salud mental, ya que la mayoría se atienden en clínicas privadas.

“Los trastornos de personalidad asociados a neurosis, esos son los casos que generalmente vemos los psicólogos”, indicó.

Algunos trastornos son depresivos, los cuales, según la experta, se han elevado. También están los asociados a desajustes emocionales causados por el mismo nivel de estrés, las exigencias de la vida diaria o la frustración.

La Encuesta mostró que la ansiedad constituye el grupo de trastornos más frecuentes que afectan a la población guatemalteca. Le siguen el humor, en que la depresión es la más común.

Según Ochoa, ahora los procesos depresivos incluso afectan a niños y adolescentes.

Los problemas socioeconómicos a los que están expuestos los guatemaltecos también alteran la personalidad, principalmente por la pérdida de empleo, además de la violencia y la inseguridad.

Desequilibrio

Fredy Ortiz, de la Liga Guatemalteca de Higiene Mental, señaló que la salud mental es un componente del triángulo de equilibrio que lleva al ser humano a realizarse en esta vida, y que abarca lo físico, mental y social —fundamentales para el desarrollo humano—.

“Cuando este equilibrio se rompe, las cosas empiezan a fallar, en el sentido de que hay una inestabilidad emocional. La persona, por X o Y razón, no puede entender en ese momento o no le encuentra una solución al problema”, dijo.

La psicóloga clínica Bayreb Kababié agregó que la salud representa el bienestar completo de una persona y no solo la ausencia de enfermedades biológicas.

La profesional ejemplificó que en el aspecto mental está el estrés, el cual hace que el individuo perciba que sus recursos no son suficientes para cumplir con las demandas del entorno.

“Como resultado del estrés, el cuerpo reacciona enviando señales de tensión a las extremidades y órganos (…), en algunos casos conlleva a incrementar el consumo de tabaco, alcohol u otras drogas; a descuidar la alimentación y sufrir de insomnio”, aseveró.
Kababié resaltó que estos descuidos promueven la aparición de dolencias físicas como obesidad, alergias, diabetes y enfermedades del corazón. “La persona cuyo desequilibrio de origen fue mental termina por tener desequilibrio en el área física”, puntualizó.

Los expertos coinciden en que encontrar los factores que producen los trastornos mentales es complicado porque son diversos y cambian según la personalidad del individuo.

Depresión

Ortiz enfatizó que la pérdida de empleo para un padre de familia puede romper su equilibrio y causar que caiga en depresión, o que al otro día salga en busca de trabajo.

Agregó que también las presiones laborales pueden afectar a la persona, y si esta se las lleva al hogar, se alteran las relaciones familiares.

Ortiz indicó que los jóvenes se ven afectados por la falta de oportunidades, como la capacidad para optar a determinada carrera o continuar sus estudios, lo que causa frustración.

Ochoa resaltó que todos somos neuróticos en algún grado, pero ante presiones de estrés o socioeconómicas, la neurosis se manifiesta con altos niveles de hostilidad o depresión, y sin lugar a duda afecta a los hijos.

Refirió que toda la gente tiene un grado normal de neuroticidad y es la forma como se reacciona ante los estímulos externos con las diferentes emociones. El problema es cuando se salen de control.

“Es normal que una persona, ante una agresión, reaccione agrediendo; lo anormal es que agredamos sin una causa justificada o que esa agresión sea sobredimensionada. En estos momentos todo mundo anda estresado, y eso se ve en el tránsito, cuando alguien reacciona de forma violenta”, comentó.

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