Este producto es rico en glutamato monosódico, sodio, grasas y aditivos químicos —como el TBHQ—, cuyo consumo desmedido deriva en el desarrollo de graves enfermedades. De hecho, a principios de este mes se dio a conocer la noticia de la muerte de dos niños en San Marcos, a causa de un supuesto envenenamiento con sopas instantáneas.
Este alimento contiene altas cantidades de calorías —de 381 a 464 kcal/100 gramos—, carbohidratos refinados y grasa saturada —66.2 a 87.2 kcal/100 gramos—, dice la nutricionista Violeta Chacón, de la Fundación Aldo Castañeda, y el médico Joaquín Barnoya, director de investigación de la Unidad de Cirugía Cardiovascular de Guatemala.
Científicos de las universidades de Harvard y de Baylor encontraron en un estudio del 2014 que las mujeres que comieron sopa instantánea dos veces por semana fueron 68 por ciento más propensas a desarrollar síndrome metabólico, sin importar si llevaban una dieta saludable o no, lo que representa más riesgo de obesidad, hipertensión, más azúcar en sangre y triglicéridos y bajos niveles de colesterol bueno.
Según análisis efectuado en el 2013 por el Laboratorio de Profeco, en México, las sopas instantáneas proporcionan gran cantidad de agua, por lo que tienen bajo aporte nutritivo. Además, dan saciedad por su combinación elevada de carbohidratos y agua.
Para la nutricionista Ana Castañón, cualquier alimento rico en calorías y sodio consumido en exceso puede desencadenar problemas de salud.
El TBHQ aparece como un antioxidante, pero es un producto químico con propiedades antioxidantes, pero no es natural y no le hace bien al organismo, expone la nutricionista Doris Díaz, de la Liga contra la Obesidad y el Sobrepeso. “Es mejor tener poca o ninguna exposición a esta sustancia porque cinco gramos puede arriesgar la salud”, dice.
Según normas del Códex Alimentarius de la FAO/OMS, el TBHQ no debe exceder de 200 mg por cada kilogramo de alimento, y el BHT (otro aditivo), no mayor de 100 gramos por la misma cantidad, refiere Castañón.
“Es un producto que tiene demasiados aditivos químicos; 15 en algunas marcas y hay personas más sensibles que otras a estos”, asevera la ingeniera Hilda Palma, del Centro de Investigaciones de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
¿Y el duropor?
Los envases plásticos y los que tienen una especie de película o cera en su interior, como los de duropor, al calentarse junto con la grasa de alimentos libera dioxinas, sustancias que, según la OMS, tienen elevada toxicidad y pueden provocar —si su uso es frecuente— problemas de reproducción y desarrollo, afectar el sistema inmune y hormonas e, incluso, provocar cáncer, explica Castañón.
Díaz aconseja calentar cualquier alimento de este tipo en otro recipiente. “Es interesante que en una marca de sopa elaborada en EE. UU. aparece una imagen que indica que no se debe calentar en microondas”, dice Palma.
Se desaconseja el consumo de sopas instantáneas a pacientes hipertensos o con hipercolesterolemia, sobrepeso, obesidad, diabetes, síndrome metabólico y ovario poliquístico. Palma añade que no deben consumirlas quienes tengan hipersensibilidad a cualquier de los alérgenos que contienen.
Caso específico
Con relación a la muerte de los menores en San Marcos, Palma refiere que el empaque indica que la sopa puede contener alérgenos como soya, trigo, productos de pescado o crustáceos. Si los niños eran alérgicos a cualquiera de estos, podría haberles causado un shock anafiláctico —reacción alérgica severa— que puede causar paro respiratorio. También pudo haber sido por una adulteración malintencionada del producto. Asimismo, podría ser que la fecha de caducidad estaba vencida o hubo una mala manipulación del alimento, refiere la nutricionista Elisa Pacheco.
“Es fundamental consumir productos frescos preparados en casa, con una planeación del menú que, a largo plazo, ahorrará complicaciones de salud”, concluye Díaz.
Sustancias dañinas
Glutamato monosódico
Este aditivo es común en alimentos procesados. Es un potenciador de sabor y se le atribuye el llamado “síndrome de restaurante chino”, que produce dolores de cabeza, náuseas, fatiga ojos irritados, entre otros. También exacerba células nerviosas, lo que causa disfunción cerebral y problemas de aprendizaje.
Aditivos químicos
Entre estos está el TBHQ, BHA y BHT.
Uno de los más tóxicos es el TBHQ, un subproducto del butano, usado en la industria petrolera. Su exceso puede causar náuseas, vómitos o zumbido de oídos. El bisfenol A es un componente encontrado en los empaques de este producto, y puede actuar como “interruptor hormonal”, que favorece cáncer en mujeres.
Grasas saturadas
Tienen una elevada cantidad de estas, las cuales desencadenan problemas de obesidad, ateroesclerosis y, por ende, enfermedad cardiovascular y cerebrovascular. Además, 30 por ciento de las calorías provienen de la grasa, lo cual no es recomendable. El exceso de grasa y almidones causa sensación de saciedad.
Sodio
Estos productos contienen 50 por ciento o más de la recomendación diaria, lo que facilita que se sobrepase la ingesta de cada día con otros alimentos con sodio. El alto consumo de sodio es causa de hipertensión y, si no se controla, puede producir infarto o accidente cerebrovascular.
Recomendaciones
Las sopas elaboradas en casa pueden modificar su aporte nutricional, según los ingredientes que se adicionen, ya sea vegetales, cereales, crema o leche. Abundan más y son económicas.
Evitar añadirles sal en exceso y consomé. Preferir condimentos naturales. Una opción es el caldo de frijol, que aporta proteína y nutrientes.
Si se desea ahorrar tiempo en la preparación, preferir las verduras salteadas o guisadas.
Los alimentos procesados (consomé, embutidos y enlatados) suelen contener mucha sal y, al abusar de ellos, pueden tener consecuencias graves para la salud.
Son opciones nutritivas, prácticas y rápidas las ensaladas con vegetales y pollo desmenuzado con aderezo vinagreta, pollo o pescado al vapor con vegetales, más media taza de arroz y una tortilla.
Si pese a esas recomendaciones aún se desean consumir, cerciorarse de que el empaque esté en buen estado y bien sellado, y que la fecha de ingesta no haya caducado.
- Fuentes consultadas: nutricionista Ana Castañón, arca1664@gmail.com; nutricionista Doris Díaz, teléfono 2494-1111 ext. 5; ingeniera Hilda Palma, palmahilda1@gmail.com; nutricionista Ana Elisa Pacheco; nutricionista Violeta Chacon, de la Fundación Aldo Castañeda; médico Joaquín Barnoya, director de Investigación de la Unidad de Cirugía cardiovascular de Guatemala, y ¿Qué tan buena es tu sopa?, estudio realizado por el Laboratorio Profeco, 2013, México.