Wilkins sobrevivió pero no su hija que estaba por nacer.
Lane permaneció sentada en silencio mientras el juez leía el veredicto. Por su parte, Wilkins estaba sentada y sostenía de la mano a un hombre mayor que la acompañaba en la sala de la corte.
Lane, que difundió en internet fotos de ella con distensión abdominal y envió a su esposo fotografías de ultrasonido, atrajo a su casa a Wilkins, de 27 años, mediante la publicación de un anuncio sobre ropa de maternidad en el portal digital Craigslist.
Wilkins dijo durante el juicio que ambas conversaron durante una hora antes de que Lane la golpeara, la empujara e intentara asfixiarla; después utilizó dos cuchillos de cocina para sacarle el feto del vientre.
El caso horrorizó a la comunidad de Longmont, ubicada en la cuesta de una montaña, y reavivó una controversia muy polémica a nivel nacional sobre si un feto puede ser considerado legalmente un ser humano.
El fiscal federal Stan Garnett dijo que le era imposible acusar a Lane de homicidio porque el forense no encontró pruebas de que el feto alcanzó a vivir fuera del vientre.
Lo sucedido irritó a grupos anti-aborto y propició que los republicanos de Colorado presentaran una iniciativa que facultaría a los fiscales a presentar cargos de homicidio en el caso de muerte de un feto, pero los demócratas rechazaron la medida.
Fue la tercera ocasión que fracasa un proyecto de ley de ese tipo en Colorado, que no forma parte del grupo de 38 estados que han convertido en homicidio la muerte de un feto no obstante la objeción de muchos partidarios de los derechos al aborto.