Contra el excomisionado militar Heriberto Valdez Asig el MP pidió 340 años por la desaparición forzada de seis hombres y delitos contra los deberes de la humanidad en forma sexual contra dos mujeres.
El caso se originó por una denuncia que la Fiscalia recibió en el 2011. En el caso se describe que entre los años 1982 y 1983, al menos 15 mujeres Qeqchí fueron detenidas, llevadas al destacamento y esclavizadas.
Según la denuncia, las agresiones y violaciones duraron unos seis meses. Las mujeres también fueron obligadas a cocinar y hacer tareas de limpieza para los soldados.
Premio Nobel Jody Williams se refiere al #CasoSepurZarco. pic.twitter.com/ok2mVYHZdk Vía @ClaudiaPalma_PL | https://t.co/vPFqnZtV8H
— Prensa Libre (@prensa_libre) February 24, 2016
Reyes Girón y Valdez Asij guardan prisión preventiva desde hace 20 meses.
Intentaron frenar juicio
Desde el primer día del juicio, los militares externaron el rechazo al Tribunal. Reyes Girón al momento de ser llamado a declarar dijo a la jueza Barrios: “No voy a responder nada a usted, ni mi nombre le voy a dar”.
Valdez Asij, por el contrario dijo: “Yo digo la verdad de todo. Yo no trabajé para los militares, trabajé para la municipalidad (de Panzós).
El abogado de los acusados, Moisés Galindo, ha intentado detener el proceso alegando que existe una solicitud de amparo por considerar que los jueces del tribunal no son imparciales. Sin embargo, la fiscalía explicó que la Corte Suprema de Justicia no otorgó el amparo provisional como para frenar el inicio del proceso.
Interés particular
El juicio es seguido por varios sectores, incluso el diplomático. Todd Robinson, Embajador de EE.UU. en Guatemala y Matthias Sonn, Embajador de Alemania en el país, han visitado la Sala.
En septiembre del 2012, ante el Juzgado Primero de Mayor Riesgo B, 15 mujeres de Sepur Zarco relataron los vejámenes por primera vez, en un proceso penal —en anticipo de prueba—. Los testimonios abrieron la ruta para buscar justicia. El juez Miguel Ángel Gálvez aceptó 11 testimonios.
En esa ocasión, una de las víctimas, con el rostro cubierto, relató que estuvo detenida en el destacamento, pero escapó. Días después, tres soldados llegaron a su casa y buscaban a su esposo, líder de la comunidad, y fue ultrajada al no darles su ubicación.
“Yo no les podía responder. Entonces ellos me pusieron un arma en el pecho y otra en la boca, y abusaron de mí”, narró.
Después de la agresión fue perseguida y huyó con su familia. Tres de sus nueve hijos murieron en la montaña, por falta de alimentos. Además, denunció, varios soldados mataron a machetazos a su hija que estaba embarazada.
Otra fémina contó que la llevaron por la fuerza al destacamento, hizo comida y luego la violaron. Explicó que huyó a las montañas y perdió a sus hijos, porque eran pequeños y no encontró comida.