En los últimos años, Afganistán envió a Rusia varias delegaciones en búsqueda de asistencia militar que no se tradujeron en avances concretos, unas demandas que Kabul ha intensificado desde que la Otán fijó la retirada de sus fuerzas de combate del territorio afgano a finales del 2014.
El embajador ruso aseguró que Rusia quiere que Afganistán, fuertemente dependiente de la ayuda internacional, se convierta en un país “independiente” y “neutral” con una economía desarrollada.
“La ayuda no solo tiene importancia militar, sino también importancia política para los dos países en momentos en que la región está pasando por tiempos difíciles” , manifestó el asesor de Seguridad Nacional afgano, Hanif Atmar.
Según Atmar, el Ejecutivo afgano se encuentra en fase de “conversaciones” con Moscú para ampliar la ayuda militar, “particularmente en aquellas áreas en que las tropas afganas tienen problemas” .
La Unión Soviética invadió Afganistán en 1979 de donde se retiró diez años después tras librar una guerra conocida como el “Vietnam de la URSS” y que fue uno de los factores que precipitaron su desintegración.
Kabul y Moscú volvieron a normalizar sus relaciones diplomáticas tras la caída del régimen talibán con la invasión estadounidense en el 2001.
Rusia mantuvo en los últimos años una relación de cooperación con la Otán y Estados Unidos en los sectores humanitario y militar en Afganistán hasta que los lazos se rompieron en abril del 2014.
Estados Unidos mantiene a unos 9.800 soldados en Afganistán, de los que cerca de la mitad permanecerán más allá del final del mandato del presidente estadounidense, Barack Obama, en enero del 2017.
Desde que finalizó su misión de combate en el 2014, la Otán mantiene, por su parte, otra misión de capacitación con alrededor de cuatro mil soldados, que triplicará hasta cerca de 12 mil debido a la creciente inseguridad en ese país.