REFLEXIONES
De nuevo transfuguismo
Cuando la población vota, lo hace consciente de que vota por las personas, así como por el partido político del que forman parte, con el cual supuestamente comparten una visión de país y un plan de trabajo o plataforma programática. Es por ello que no es válido que ignorando el voto y la voluntad de sus electores simplemente se cambien de partido.
Durante los cuatro años del periodo anterior, hubo diputados que tuvieron el descaro de cambiar cinco veces de partido. Pero al inicio de esta nueva gestión y habiendo quedado claros los cuestionamientos por esta mala práctica, se vuelve a dar el fenómeno. Muchos eran miembros del Partido Patriota simplemente por ser el de gobierno, y otros del partido Líder, pues su candidato aparentemente encabezaba las encuestas. Ante la debacle de los últimos meses del año pasado, en que el gobierno del Patriota colapsa con la detención del presidente y la vicepresidenta, y ante el fracaso electoral del candidato de Líder, la situación de quienes habían engrosado estas bancadas con una visión oportunista se volvió crítica, teniendo que ver cómo resuelven hoy su posición de debilidad.
Si, por el contrario, vemos que el presidente Jimmy Morales llega al poder con una bancada de ocho diputados, es fácil entender cómo algunos diputados se movilizan para reacomodarse antes de la aprobación a la reforma de la Ley Orgánica del Organismo Legislativo, que no permitirá que un diputado que se retira de una bancada se incorpore a otra. Más grave aún es el hecho de que el presidente y su partido FCN manifestaron con claridad durante la campaña que no aceptarían diputados tránsfugas en su bancada. Parece que las promesas de campaña se olvidan más rápido de lo que uno piensa, pero, entonces, ¿qué opinión le merece al pueblo de Guatemala esta bancada “ampliada”?
Esto implica lo que hemos mencionado reiteradamente en esta columna, que el pueblo de Guatemala debe exigir del Congreso aprobar a la mayor brevedad tanto la reforma a la Ley Orgánica como la reforma a la LEPP, pues son estas modificaciones las que paso a paso crean las condiciones para una práctica política distinta en el país, para demandar un ejercicio democrático al interior de los partidos políticos y demandar de estos que respondan efectivamente a las necesidades de construir una sociedad más coherente, más democrática, con justicia efectiva y en paz. Nada del futuro quehacer del Congreso tiene sentido si no se logran por lo menos estas reformas, aunque modestas y limitadas.
Así como estas bancadas demostraron su agilidad para unificar sus intereses y hacer un frente común, el pueblo de Guatemala debe exigir la misma agilidad para aprobar las reformas mencionadas.
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