“Rubén Dario fue alguien cercano a los guatemaltecos por haber pasado buena parte de su vida en Guatemala”, expresó Mario Antonio Sandoval durante el discurso introductorio del homenaje.
El director de la Academia Guatemalteca de la Lengua destacó el papel que tuvo el escritor nicaragüense en la difusión del español y refirió que este año se celebrarán dos efemérides más, además del aniversario luctuoso de Darío. Una de ellas constituye el cuarto centenario del nacimiento de Miguel de Cervantes Saavedra, que se cumplirá el 22 de abril, “quien comprende y acepta el valor del ser humano, más allá de las circunstancias históricas”.
Este año también se recordará el 80 aniversario del asesinato de Federico García Lorca, que se cumplirá el 18 de agosto, quien “fue de innegabla importancia para la literatura hispanoamericana”. Sandoval recordó que en el 2017 se celebrará medio siglo del Premio Nobel de Literatura otorgado a Miguel Ángel Asturias el 8 de diciembre de 1967, “el segundo escritor hispanoaméricano en recibirlo”.
El embajador de Nicaragua en Guatemala, Silvio Mora Mora, dijo que “Ruben Darío le dio un nuevo brillo al idioma español y que lo convirtió en lengua universal” y recordó que el escritor siempre habló de que el hombre no es siervo de su lenguaje, sino que es obra del hombre.
Mora Mora también habló de la causa de su muerte, a causa de cirrosis, a los 49 años. “Al poeta universal se lo llevó la caña”, dijo. Además, habló de su relación con Francisca Sánchez del Pozo, analfabeta e hija de campesinos.
“Enrique Gómez Carrillo lo introdujo en los medios bohemios de París. Guatemala le dio cobijo, de comer y de beber, por eso los guatemaltecos se ganaron el reino de los cielos”, aseveró.
Luego el escritor y académico Mario Alberto Carrera dictó la conferencia Rubén Darío, Enrique Gómez Carrillo y el modernismo, en la que hizo un análisis profundo sobre varias obras del autor nicaragüense, en el que influenciaron José Martí, Julián de Casal o Manuel Gutiérrez Nájera.
También recordó cómo a los 5 años escuchaba por las noches por la radio, junto a sus padres, poemas de Darío, qué aún “lo cimbran y conmueven”.
Carrera habló sobre el viaje que hizo Darío a Chile, a donde llegó a los 19 años, necesitado e indigente, un poeta tímido y pusilánime, a quien Enrique Gómez Carrillo tildó en alguna ocasión de cobarde. “Ellos tenían una relación de amor y odio, se querían y se detestaban al mismo tiempo”. “Darío estaba destinado a ser padre del modernismo y nadie se le adelantó”, añadió.
En un artículo que Darío escribió a los 46 años y que fue publicado en La Nación, en Argentina, el escritor refirió que en Santiago de Chile encontró el conocimiento de autores franceses del Parnaso. Habló sobre las obras Prosa profana, Azul y Canto de vida y esperanza. “Prosa Profana es un manifiesto de Darío y del modernismo y lo convierte en epocal”, dijo Carrera.
El académico refirió que el poeta le tenía pavor a la muerte, tal como lo describe en Canto de vida y esperanza. “La poesía es la camisa férrea de mil puntas cruentas que llevo sobre el alma. ..”, escribiría Darío en Melancolía.
Félix Rubén García Sarmiento o “Rubén Darío” nació el 18 de enero de 1867 y falleció el 6 de febrero de 1916, a los 49 años, en la ciudad occidental de León.