Las víctimas son Inés Avidán de León Santos, padre; Ana Verónica Rodas Villanueva, madre; Estuardo Alfredo de León, hermano, y Julia Alejandra y Andrea Paola de León Castillo, hijas.
Durante el proceso penal la Fiscalía acusó a De León de haber perpetrado la matanza para cobrar un seguro de Q100 mil, el cual recibió cobró cuatro meses después.
La matanza ocurrió en la 13 avenida A 20-40, zona 7, colonia Kaminal Juyú. Todas las víctimas dormían. De León ingresó a la casa con otra persona, mató con arma de fuego a sus padres y luego a su hermano, y por último acuchilló a las dos hijas, quienes sobrevivieron.
Según las investigaciones, el ataque duró 30 minutos. Después del crimen, De León y la otra persona huyeron en el carro del hermano y lo abandonaron en una finca del kilómetro 85, Puerto San José, Escuintla, el cual quemaron para borrar evidencias.
Sin trabajo
De acuerdo con los investigadores, el victimario no tenía trabajo desde hacía cinco meses.
Mantenía roces con su padre, ya que él le reclamaba que trabajara para mantener a los cinco hijos que tenía, con dos parejas.
Cuando se separó de su segunda esposa, De León Rodas regresó a vivir con sus padres, y llevó allí a dos hijas.
Después de haber cometido el crimen, regresó con su expareja y se fue a vivir a Quetzaltenango, donde fue capturado.
Parricidio
El artículo 131 del Código Procesal Penal establece: “Parricidio. Quien, conociendo el vínculo, matare a cualquier ascendiente o descendiente, a su cónyuge o a la persona con quien hace vida marital, será castigado como parricida con prisión de 25 a 50 años. Se le impondrá pena de muerte, en lugar del máximo de prisión, si por las circunstancias del hecho, la manera de realizarlo y los móviles determinantes, se revelare una mayor y particular peligrosidad en el agente. A quienes no se les aplique la pena de muerte por este delito, no podrá concedérseles rebaja de pena por ninguna causa”.