Ambos hablaron desde Florida, que suele ser un estado clave para ganar o perder elecciones generales. Pero no fue uno de los campos de batalla donde los candidatos se enfrentaron a sus rivales en la lucha para acumular delegados en el Supermartes, la jornada con más actividad de la campaña de primarias.
El senador por Texas Ted Cruz ganó en su estado natal, además de en Oklahoma y Alaska, para apuntalar su inesperado triunfo en las asambleas electorales de hace un mes en Iowa, mientras que el senador por Florida Marco Rubio logró su primera victoria de las primarias en Minnesota.
“Nuestra campaña es la única campaña que ha derrotado, que puede derrotar y que derrotará a Donald Trump” , proclamó Cruz ante sus seguidores, reunidos en un tradicional club de campo sureño, el Redneck Country Club en Stafford, Texas.
Con todo, el senador contaba con tener más impacto en los estados del sur y entre los votantes cristianos evangélicos. Pero Trump, que apoda a su campaña el “Tren Trump “, hizo descarrilar sus planes.
Rubio y los otros republicanos que siguen en liza, John Kasich y Ben Carson, se esforzaban el martes para transmitir optimismo al tiempo que se comprometían a seguir luchando.
Pero las matemáticas más simples dejan al descubierto el problema que tienen ante sí los republicanos que rechazan a Trump, ya que el multimillonario empresario logró victorias en siete estados y sigue lanzado para conseguir los 1.237 delegados que le proclamarían candidato republicano a la Casa Blanca.
Trump ganó al menos 203 delegados más el martes. Cruz logró al menos 144 y Rubio al menos 71. En el cómputo total, Trump lidera el panel de aspirantes con 285 delegados, Cruz tiene 161, Rubio 87, Kasich 25 y Carson, ocho.
Al igual que Cruz, Bernie Sanders salió victorioso en las primarias de su estado natal, Vermont.
También se apuntó triunfos en Oklahoma, Minnesota y Colorado, y aseguró ante sus seguidores que seguirá luchando en “cada una” de las elecciones restantes.
Con una asombrosa recaudación de 42 millones de dólares sólo en febrero, Sanders tiene fondos para hacerlo — aunque Clinton está bien encaminada para lograr los 2.383 delegados que precisa para proclamarse candidata demócrata.
Los resultados del martes dejaron pocas dudas sobre quiénes son los principales aspirantes para las presidenciales. Clinton sumó triunfos en siete estados, los mismos que Trump, incluyendo en Virginia, otro escenario importante de cara a las generales.
La exsecretaria de Estado se adjudicó al menos 457 de los 865 delegados en juego el martes. Sanders tendrá al menos 286. Contando con los superdelegados, Clinton tendría al menos 1.005 delegados y Sanders al menos 373.
Clinton basó su éxito en los votantes de más edad y en el apoyo de hispanos y afroamericanos, según las encuestas de salida realizadas por Edison Research para The Associated Press y televisoras.
Trump, un recién llegado a la política, convenció a dos tercios de los votantes, que están dispuestos a colocar a alguien ajeno a la política en la Casa Blanca, mientras que los electores republicanos que optan por un candidato con más experiencia se dividieron entre Rubio y Cruz, ambos senadores.
Clima “perturbador”
“Ha sido una noche fantástica” , dijo Trump en Palm Beach, Florida, al presentarse como el único capaz de unificar el partido Republicano y prometiendo una victoria en las primarias que se realizarán en ese estado el 15 de marzo.
Georgia, Massachusetts, Tennessee, Alabama, Virginia, Arkansas, Vermont: con tal impresionante serie de victorias, el belicoso millonario que propone levantar un muro entre Estados Unidos y México sigue su marcha triunfal, pisoteando los temores del establishment republicano, que estima que el partido podría encaminarse a su aniquilación en las presidenciales de noviembre ante la maquinaria Clinton.
La derrota de Marco Rubio en Virginia, donde alimentaba reales esperanzas, cayó como un balde de agua fría para el joven senador de origen cubano y su estrategia de aglutinar todas las fuerzas anti-Trump.
Pero su victoria en Minnesota, la primera desde el inicio de las primarias hace un mes, le dio una bocanada de aire al senador, que ahora deberá apostar a su estado de Florida, donde el ganador se quedará con todos los 99 delegados.
El senador republicano ultraconservador Ted Cruz, en tanto, salvó la piel con victorias en su estado de Texas, en los vecinos Oklahoma y Colorado, así como en Alaska.
En un mensaje velado a Rubio, Cruz llamó a los demás aspirantes republicanos a abandonar la carrera y unirse a su campaña para derrotar a Trump.
Pero Rubio mantuvo su determinación de no claudicar, subrayando las tensiones y la crisis de identidad que atraviesa el partido Republicano.
La incendiara retórica de Trump -acusó a México de enviar “violadores” a través de la frontera, se burló de mujeres y discapacitados, propuso prohibir la entrada de los musulmanes al país y abogó por el uso de la tortura- no ha detenido su avance entre un electorado republicano furioso con Obama y la clase política estadounidense.
Sin embargo, varios dirigentes republicanos han expresado públicamente que no votarán por el magnate en las elecciones presidenciales.
El respetado senador John McCain (que compitió con Obama en 2008) , dijo que era “perturbador” el nivel al que había caído la campaña de su partido.
“Normalmente, voto con los demócratas, pero Trump me asusta. Aún no sé como votaré” , dijo a la AFP una electora en Virginia quien señaló su intención de votar contra el magnate en la interna republicana.
Aspiraciones intactas
Clinton no dejó dudas de su avance para convertirse en la candidata demócrata a la Casa Blanca, una aspiración destrozada hace ocho años por el senador Barack Obama.
Como era esperado, la exsecretaria de Estado logró victorias en los estados sureños, donde el voto de las minorías le son favorables: Georgia, Arkansas, Virginia, Alabama, Tennessee y Texas.
Sanders, único rival de Clinton en la liza demócrata, se impuso en su pequeño estado de Vermont (noreste) , así como en Colorado, Oklahoma y Minnesota.
El senador de 74 años, un favorito entre los jóvenes demócratas, intentó poner buena cara, recordando que la carrera es larga: “Quedan 35 estados por votar”, lanzó a sus seguidores.