El joven, de 14 años y natural de la vecina provincia de Jiangxi, había perdido casi toda su visión en el ojo derecho después de resultar herido por un petardo a comienzos de año.
Una semana después de la operación, el paciente empezó a recuperar la visión y los médicos esperan que mejore si sigue el tratamiento prescrito.
A pesar de que el número de donantes ascendió en China a 2.766 en 2015, una cifra récord que coincidió con la prohibición del uso de órganos de prisioneros ejecutados, el gigante asiático padece un enorme de déficit, puesto que se estima que sólo se cubre un 1 % de la demanda de trasplantes.