Los frailes fueron sucesivamente ministros provinciales de la orden en el oeste de Pensilvania entre 1986 y el 2010.
En ese puesto, tenían el poder de asignar y supervisar a miembros de la orden, incluido al hermano Stephen Baker, quien según las autoridades abusó de veintenas de niños, la mayoría en la secundaria Bishop McCort en Johnstown, en donde trabajó entre 1992 y el 2000.
La abogada de Boston Mitchell Garabedian, quien representó a decenas de las víctimas de McCort que llegaron a un acuerdo millonario con funcionarios de la iglesia, hizo un llamado a otros estados para demandar a otros supervisores de Baker.
“Para intentar sanar, decenas de las víctimas del hermano Stephen Baker quieren que otros estados en donde Baker abusó sexualmente de niños sigan el ejemplo de Pennsylvania y levanten cargos contra los supervisores de Baker”, dijo Garabedian.
Baker se suicidó clavándose dos cuchillos en el corazón en el 2013, nueve días después de que los dirigentes de una iglesia en Youngstown, Ohio, anunciaron que llegaron a acuerdos en demandas de 11 exestudiantes que acusaron a Baker de haber abusado de ellos en escuelas de Ohio a finales de la década de 1980.
Al ser acusados, los frailes aún trabajaban en Florida y Minesota. Desde entonces su orden religiosa los suspendió.
Schinelli estaba como administrador pastoral en el centro San Pedro, un lugar de retiro católico en Winter Park, Florida.
D’Aversa era sacerdote en la comunidad católica de St. Patrick en Mount Dora, Florida.
Criscitelli era sacerdote en la comunidad parroquial St. Bridget en Mineapolis.