Este logro se enmarca en una ofensiva de las fuerzas armadas sirias para recuperar el control de Palmira, conocida por sus ruinas grecorromanas que son Patrimonio Mundial de la Unesco y que fue conquistada por los radicales el pasado 20 de mayo.
La ciudadela de Fajr Edin al Maani, del siglo XIII d.C., es otro de los monumentos de la urbe y se eleva sobre un monte desde el que se divisa Palmira.
El jueves, el gobernador de Homs, Talal al Barazi, afirmó a Efe que la parte monumental grecorromana no peligraba porque estaba lejos de la zona de los choques.
Situada en un oasis, Palmira fue en el pasado uno de los centros culturales más importantes del mundo antiguo y punto de encuentro de las caravanas en la Ruta de la Seda, que atravesaban el árido desierto del centro de Siria.
Desde que tomaron su control, los extremistas han dinamitado tres emblemáticas torres funerarias del siglo I d.C., además del templo de Bel, el templete de Bal Shamin y el arco del triunfo.
El teatro romano de Palmira ha sido empleado por el EI como escenario para asesinar a sus prisioneros, como ocurrió en julio, cuando 25 soldados sirios fueron ejecutados a tiros por menores de edad reclutados por los yihadistas.
El ataque actual del Ejército coincide con un alto el fuego en Siria entre el Gobierno de Damasco y la Comisión Suprema para las Negociaciones, la principal alianza opositora, del que está excluido el EI.
La reconquista de la ciudad es una victoria estratégica y simbólica para el presidente sirio Bachar al Asad, ya que quien controle esta posición, tendrá el dominio del vasto desierto que se extiende desde la zona central de Siria hasta la frontera con Irak, conciden expertos.
Cerca del 80% de la población de la ciudad, conocida como la Perla del Desierto por sus tesoros arqueológicos, huyó cuando los yihadistas entraron, según el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abdel Rahman, que señaló que el grupo ejecutó atrocidades como decapitaciones en el antiguo anfiteatro.
“La gran mayoría ya huyó, sólo quedaron los que son demasiado pobres para irse”, dijo.
El director de Antigüedades y Museos de Siria, Maamun Abdelkarim, dijo que los templos destruidos por el grupo yihadista en la ciudad milenaria, serán reconstruidos, “tras la pronta liberación”.
La Unesco celebra
La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, saludó hoy la “liberación” del enclave arqueológico de Palmira, ciudad donde el Ejército sirio entró este jueves y se enfrenta al grupo yihadista Estado Islámico (EI) en medio de una gran ofensiva para arrebatarle el control.
“La UNESCO está preparada para ir rápidamente hasta allí junto a responsables sirios de antig edades, en cuando las condiciones de seguridad lo permitan, en una misión de evaluación de los daños y de protección del patrimonio inestimable de la ciudad”, subrayó.
La máxima representante de la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) destacó que “desde hace un año, el saqueo de Palmira es símbolo de la limpieza cultural que arrasa a Oriente Medio”.
En su opinión, la destrucción de los templos grecorromanos de Bel y de Baal Shamin, de las torres funerarias y del Arco de Triunfo “son pérdidas inmensas para el pueblo sirio y para el mundo”.
Bokova recordó que la destrucción deliberada del patrimonio es “un crimen de guerra” , y avanzó que su organización se volcará en documentar esos daños para que “no queden impunes”.
Bajo presión también en Irak
El Estado Islámico está bajo creciente presión el viernes, ya que después de que el ejército sirio lo desalojara de la ciudadela de Palmira, las tropas iraquíes lanzaran una ofensiva para reconquistar Mosul, segunda ciudad del país y otro bastión yihadista.
Esta ciudad es el principal objetivo de las autoridades iraquíes, que buscan recuperar los territorios en manos del EI desde 2014.
El ejército y las Unidades de Movilización Popular, una coalición de milicias principalmente chiitas, llevaron a cabo la ofensiva. Cuentan con el apoyo de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, cuyo aviones efectuaron bombardeos en los alrededores de Mosul.
Mosul, como Palmira, y sobre todo la ciudad siria de Raqa (norte), forman parte del “califato” autoproclamado por el jefe Abu Bakr al Bagdadi, en el verano de 2014.