El ejército aducía que la República se hallababa al borde de un conflicto interno como resultado de la subversión permanente que propiciaron sectores “pro comunistas” y que las fuerzas armadas estaban instituidas para garantizar a todos los habitantes de la república el mantenimiento del orden y de la tranquilidad y el libre ejercicio de sus derechos, por esa situación asumieron el Gobierno de la República.
El militar golpista Enrique Peralta Azurdia brindó una conferencia de prensa a los medios de comunicación donde daba pormenores de la acción militar, donde indicó que pudo realizarse gracias a la unidad granítica del ejército y que todos los jefes y oficiales tienen plena conciencia de lo que se estaba haciendo.
Peralta Azurdia informó que reorganizaría el gabinete y que para ello buscaría a personas capacitadas, dentro de las filas de ejército, como de las civiles. Además se suspendía la Constitución vigente hasta que se restableciera el orden y la tranquilidad en el país. Quedaban disueltos los organismos legislativo y judicial, concentrándose la dirección del gobierno en el jefe del movimiento.
“Seremos drásticos especialmente con los comunistas y no permitiremos que se asiente en el país un gobierno de tipo comunista” afirmó categóricamente el jefe de gobierno de facto.
Sobre las elecciones presidenciales expresó que dependiendo de las circunstancias convocaría a las mismas. Así mismo indicó que respecto al ex presidente Juan José Arévalo sería capturado por la muerte de Francisco Javier Arana. Se supo después que el ex presidente huyó hacia México para resguardar su integridad.
Ydígoras sale al exilio
Una comisión de tres jefes militares le comunicó la decisión del ejército nacional al derrocado general Miguel Ydígoras Fuentes en la sede de la casa crema.
El coronel e ingeniero Juan de Dios Aguilar, en compañía del coronel Adolfo Callejas, segundo jefe de la guardia de honor y del director de la escuela politécnica, teniente coronel Efraín Moraga se dirigieron hacia el recinto militar. Ydígoras desconocía el motivo de la visita. En ese instante se le notificó que el Ejército había tomado la determinación de tomar el control del gobierno en vista del estado anarquizante en el que se encontraba el país y la amenaza constante de la subversión comunista.
Ydígoras indicó que si se había llegado a ese extremo era para evitar derramamiento de sangre y sacrificios inútiles. El militar derrocado indicó que no renunciaba ni deseaba asilarse. Ante la actitud de Ydígoras, uno de los tanques destinados a la custodia de la casa crema violentó la puerta norponiente, en los momentos en que se subían al automóvil número 2 del estado mayor presidencial, el general Ydígoras y su esposa María Teresa Laparra de Ydígoras.
Minutos después una guarnición de la casa presidencial ofrecía resistencia y se escucharon disparos, sin embargo no pasó a más. Se supo después que Ydígoras Fuentes salió a Nicaragua, donde fue recibido por funcionarios del gobierno nicaragüense.
El periodista y fundador de Prensa Libre, Isidoro Zarco Alfasa y su colega Luis Morales Chúa fueron detenidos por razones desconocidas en la madrugada del día 31 de marzo. Al preguntársele a Peralta Azurdia sobre dichas detenciones indicó que no tenía conocimiento de los partes policiacos por lo que no podía decir el motivo de su detención, sin embargo dijo que “si no habían cometido ningún delito, quedarían libres”. Ese día 31 de marzo, salió libre el periodista Morales Chúa mientras que Isidoro Zarco salió libre horas después.
Diversos sectores, en especial los denominados “anti comunistas” respaldaron la acción militar y anunciaron manifestaciones para apoyar al ejército en la toma del gobierno. En un comunicado, políticos indicaban que apoyaban al ejército nacional por su “patriótica y oportuna acción para resolver la dramática situación nacional a que nos había orillado el régimen Ydigorísta que pudo haber desembocado en una guerra civil”.
Washington atento
Funcionarios norteamericanos estaban atentos al golpe de Estado en contra de Ydígoras Fuentes. En los primeros momentos de la acción militar el departamento de Estado mantuvo silencio respecto a su actitud hacia el régimen derechista presidido por el coronel Enrique Peralta Azurdia.
Un funcionario notó que los nuevos gobernantes aún no se habían acercado al gobierno de Estados Unidos en lo referente al reconocimiento, y aparentemente el gobierno no diría nada sobre este delicado asunto hasta que tenga que hacerlo.
Las riendas del gobierno por parte de Peralta Azurdia fueron ratificadas en 1965 por el Congreso Nacional. Durante su régimen continuó la acción represiva del gobierno en contra de los grupos opositores. Fue relevado en el poder por el licenciado Julio César Méndez Montenegro, donde se quedaba en suspenso la supremacía castrense en tema político al asumir un civil el gobierno.