La investigación Panamá Papers —Papeles de Panamá— es impulsada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés) y por el diario alemán Süddeutsche Zeitung, y brinda detalles sobre los negocios de 128 políticos y funcionarios del mundo.
La publicación masiva, desde 109 redacciones del planeta, se logra luego de un año de trabajo que comenzó en una oficina de Múnich y la participación de 370 periodistas de 76 países, laborando en 25 idiomas.
Los documentos involucran a presidentes, empresarios, estrellas del deporte, celebridades y otras personalidades de todo el mundo que mantuvieron en secreto sus movimientos offshore.
Según la investigación que divulga Univisión Noticias, en 2009 el bufete panameño Mossack Fonseca “vendió una sociedad y ofreció servicios a un grupo de personas que tenía antecedentes penales y vínculos con escándalos financieros públicamente conocidos en Guatemala y Panamá”.
Negocios en Panamá
La empresa la presidía Chacón Rossell, quien años más tarde sería identificada como la más activa lavadora de dinero de Guatemala y líder de una célula de un cártel de narcotraficantes.
La publicación señala que pese a que Chacón Rossell no era señalada directamente en ese momento, Mossack Fonseca no investigó a sus otros dos socios —José María Armesto Bustos Morón y María Corina Saenz Lehnhoff — quienes ya arrastraban problemas legales.
“Uno había confesado años antes su participación en un envío de droga desde Panamá a Miami, y el otro era investigado por los delitos de intermediación financiera, estafa, apropiación y retención indebidas en Guatemala”, señala el reportaje.
Indica que los documentos confidenciales revelan que la empresa creada por Mossack Fonseca llamada Brodway Commerce Inc, era de Chacón Rossell, quien también tenía vínculos con el abogado Francisco Palomo Tejeda, asesinado en junio de 2015.
“La empresa fue incorporada por Mossack Fonseca ante el Registro Público de Panamá en octubre del 2008, para luego venderla. A finales de ese año, el abogado Francisco Palomo la reservó por medio de los representantes de la firma legal en Guatemala, el bufete Díaz Durán y Asociados”, detalla.
La investigación señala que el cliente de Brodway Commerce fue Casa Vogue, empresa guatemalteca y la representante legal de esta era María Corina Sáenz Lehnhoff.
Sáenz Lehnhoff, es una guatemalteca a quien la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro (OFAC por sus siglas en inglés) “incluyó en su lista negra en agosto del 2012, como colaboradora de la red de lavado de dinero liderada por la Reina del Sur”.
Prensa Libre llamó a un número de Casa Vogue pero no fue posible hacer contacto. El portal guatecompras.gt no tiene ningún registro de Sáenz Lehnhoff. El 24 de mayo de 2014 transendió que la OFAC retiró de la lista negra de narcotraficantes a Sáenz Lehnhoff.
Univisión Noticias indica que la relación de Chacón Rossell con el bufete panameño se llevó a cabo con el empresario argentino José María Armesto Bustos Morón.
Bustos Morón, indican los documentos, pagó por la sociedad en junio del 2009 y realizó la mayoría de trámites de la empresa ante el bufete panameño y en ese mismo momento era procesado en Guatemala por los delitos de intermediación financiera, estafa, apropiación y retención indebidas.
Francisco Palomo
Los documentos detallan que Bustos Morón solicitó a la abogada panameña Isabel Vecchio, tramitar un poder judicial a nombre de Palomo —en ese momento la empresa era presidida por Chacón Rossell—.
“Necesito darle a un abogado de Guatemala un mandato judicial para Brodway Commerce, Inc. (…) Para eso vamos a solicitarte también, que hagas el mandato judicial a favor del abogado Francisco José Palomo Tejeda, cedula numero A-1377205, quien es nuestro abogado en Guatemala”, escribió Bustos.
En los mensajes entre Mossack Fonseca y José María Armesto no quedó constancia de qué tipo de servicio le brindaba Palomo a la empresa y dicho poder no fue protocolizado pues Mossack Fonseca nunca envió los documentos de identidad necesarios de Palomo, según se lee en mensaje de agosto del 2010.
Lucrecia de Palomo, viuda del abogado, comentó vía telefónica con Prensa Libre que “para todo lo que se habla deben haber pruebas”.
“Sé que mi esposo no trabajó ese tipo de actividades en su bufete. La realidad es que él nunca hizo nada, pudieron haberlo pedido, pero muy diferente es que pidan y que se haga”, agrego de Palomo.
“Yo realmente no lo creo sé cómo trabaja él y por tanto la publicación no me merece ningún comentario”, aseguró la viuda del profesional.