Posteriormente, las protestas se extendieron a la aldea Cabañas, donde un medio centenar de pobladores colocaron una talaquera frente a la garita municipal para denunciar que hubo fraude en los comicios.
“No más ladrones de votos. Queremos la segunda vuelta”, se leía en las pancartas que portaban los inconformes.
Los disturbios en esas comunidades han sido una constante en período de elecciones, donde, incluso, las papeletas han sido quemadas.