Guatemala es paso obligado para todo el comercio de Centroamérica con México por vía terrestre, uno de los principales socios comerciales de la región, es decir, cualquier exportación de producto salvadoreño o tico hace tránsito internacional por territorio guatemalteco para ingresar a México, y lo mismo ocurre en sentido contrario.
Esto es permitido por la legislación aduanera centroamericana, concretamente el Régimen de Tránsito Internacional de Mercancías, que establece una serie de condiciones documentales, físicas y de control que permite al responsable de la mercadería transitar por el país sin pagar impuestos.
También puede ocurrir tránsito local, digamos que el responsable de un contenedor de zapatos originarios de la China que ingresa por Puerto Quetzal, prefiere nacionalizar (pagar los impuestos) posteriormente y lo traslada a un depósito fiscal, donde los zapatos queden resguardados por un tercero mientras cumple con el pago del IVA y del arancel de importación.
En ambos casos, uno de los elementos fundamentales del control aduanero es contar con un mecanismo como el marchamo o precinto, que asegure la integridad de la carga. Cada uno de estos marchamos tiene un número que los identifica y que debe ingresarse en la declaración aduanera electrónica de tránsito internacional o DUT.
Por ejemplo, la integridad y número del marchamo en la DUT de un tránsito que nace en Panamá, con destino a un Depósito Fiscal en la Ciudad de Guatemala, es verificado en la frontera de Pedro de Alvarado, y a la llegada del destino por parte de la SAT, y debe coincidir con la declaración electrónica reportado por el Sistema TIM (centroamericano).
El salto cualitativo del marchamo electrónico es que debe poseer un transmisor de datos a través de un modem, un equipo de localización satelital GPS y un microprocesador para almacenar información y manejar eventos.
Esto posibilita que se pueda localizar geográficamente al medio de transporte, almacenar información relativa al viaje —si se detuvo el camión y por cuánto tiempo—, emitir alarmas sobre apertura del candado, vencimiento del plazo o ruta del tránsito que la SAT ha autorizado. Digamos que es como un pequeño robot que muchos padres de familia quisieran usar con sus hijos adolescentes una noche de viernes.
Cuando coordiné el diseño e implementación del sistema de tránsito TIM para la Sieca, con asistencia del BID, que funciona desde el 2007, se decidió prever la utilización del marchamo electrónico en el TIM, ya que este sistema regional brinda trazabilidad o seguimiento a los tránsitos desde Panamá hasta Guatemala, pero no internamente en cada país, ya que esto solo se puede lograr con el GPS de un marchamo electrónico.
Esto tiene varios retos: el primero, asegurar que la licitación anunciada por el superintendente Solórzano sea un ejemplo de la transparencia ofrecida en la campaña del presidente Morales. El apoyo de instituciones internacionales puede ser útil para asegurar esto.
El segundo reto es el efecto por el costo adicional que el nuevo marchamo va a representar al sector transportista y al resto de usuarios de la cadena logística. Un elemento que ayudaría a abaratar los precios es la libre competencia para los futuros proveedores de marchamos electrónicos. En la medida en que la SAT asegure apertura a mayor número de proveedores, su costo debe disminuir.
Al final del día, mejorar este aspecto del control aduanero es bueno, necesario y coherente con las mejores prácticas internacionales. Es herramienta que mejora la CONFIANZA del operador logístico frente a las aduanas.