Los productores descubren el robo luego de varios días, cuando los cargamentos no llegan al destino indicado. A esa altura, los cargamentos ya pueden estar en otros estados o incluso haber sido despachados a Europa o Asia, donde se venden a precios muy altos en el mercado negro, según las autoridades.
El año pasado los robos de nueces alcanzaron niveles sin precedentes, con pérdidas del orden de US$4.6 millones. Se reportaron 31 robos, más del triple de los tres años previos combinados, de acuerdo con CargoNet, una alianza de empresas de carga y de dependencias policiales que trata de combatir este flagelo.
Las pérdidas combinadas de los últimos cuatro años ascendieron a US$7.6 millones, según esa organización.
“Me está arruinando la vida”, declaró Todd Crosswell, gerente general de Caro Nut Co.
Esa firma sufrió seis robos el año pasado, por un total de US$1.2 millones. En todos los casos se robaron castañas de cajú importadas de Vietnam y Africa que habían sido tostadas, saladas y empaquetadas en Fresno.
“Ese tipo de pérdidas no hacen mucho daño”, expresó Crosswell.
El valor de las nueces cultivadas y procesadas en California, el principal estado agrícola de Estados Unidos, ha subido mucho en los últimos años debido a la demanda mundial de este tipo de productos en sitios como China y economías emergentes.
California produjo US$9.3 millones en almendras, nueces y pistachos en el 2014.
Ante el alto valor de estos productos, no extraña que los ladrones les pongan el ojo y monten operaciones complejas para robarlos. “No se trata de algunos adolescentes que se llevan unas pocas nueces”, afirmó Dan Bryant, de la oficina del FBI en Sacramento, California. “Son gente sofisticada”.
Las autoridades locales también están tomando medidas. Un legislador propuso una ley que asignaría fondos para una unidad especial que combata estos delitos.
Ante el aumento en los robos de nueces, el sheriff del condado de Tulare Mike Boudreaux triplicó la cantidad de agentes de la unidad de lucha contra los delitos agrícolas, la cual cuenta hoy con seis detectives, comparado con los dos que tenía antes.
Los asaltantes “tienden a tener alguna conexión en el extranjero”, expresó Scott Cornell, investigador de Travelers Insurance y experto en el robo de cargamentos. “Las venden donde haya un comprador y las puedan hacer llegar”.
Crosswell dijo que su empresa está tomándole fotografías y las huellas digitales a los aproximadamente 25 camioneros que se llevan cargamentos diariamente. Pero sospecha que los ladrones volverán a intentarlo.
“Quienquiera que sean, nos están observando”, manifestó. “Lo volverán a intentar. Van a encontrar la forma de burlar las medidas de seguridad. Tenemos que seguir innovando para estar delante de ellos”.