Salud y Familia

Nanopartícula actúa como un caballo de Troya para tratar el asma… y alergias

Como si se tratara de un caballo de Troya, un equipo de científicos ha usado una nanopartícula biodegradable para tratar el asma, una tecnología que podría emplearse también contra alergias alimentarias, por ejemplo a los maníes.

En un nuevo enfoque para tratar el asma y las alergias, la nanopartícula oculta en su interior un alérgeno pero su aspecto externo no es amenazador, por lo que es capaz de convencer al sistema inmunitario para que no la ataque, según estudio de la Northwestern University  (EE. UU)

El estudio, que publicado el lunes la revista PNAS, indica que de esta manera se suprime a largo plazo la reacción alérgica que se produce en las vías aéreas ante un agente extraño y así se previenen los ataques de asma.

Esta tecnología, según los expertos, puede también emplearse en las alergias causadas por los alimentos y, de hecho, la nanopartícula se ha probado en un modelo con ratones alérgicos a los maníes, que es similar a la que desarrollan los humanos.

El autor principal del estudio, Stephen Miller, de la Nortwestern University, explicó que este descubrimiento “supone una forma a largo plazo novedosa, segura y eficaz para tratar y potencialmente curar a pacientes que tienen alergias respiratoria y alimenticias que pueden amenazar su vida”.

Esta es la primera vez que este método crea tolerancia en el sistema inmunitario y se emplea en alergias, aunque ya se usa en test preclínicos para enfermedades autoinmunes, entre ellas la esclerosis múltiple, además de las dolencias celíacas.

Se trata de “un tratamiento universal” pues dependiendo de la alergia que se quiera eliminar es posible cargar la nanopartícula con polen de ambrosía o con proteína de maní, según explicó el experto.

La nanopartícula que se convertirá en caballo de Troya para engañar al sistema inmunitario y librarse de su ataque está compuesta de un biopolímero llamado PLGA -aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, FDA- que incluye ácido láctico y ácido glocólico.

Cuando la nanopartícula cargada con el alérgeno se inyecta en el torrente sanguíneo de un ratón su sistema inmunitario no reacciona pues la partícula parece un desecho inocuo el cual es eliminado por un macrófago -un tipo de glóbulo blanco que fagocita el material extraño en el cuerpo-.

Durante el experimento los roedores fueron tratados para ser alérgicos a la proteína de la cáscara de huevo, por lo que ya tenían en la sangre anticuerpos y cuando volvieron a exponerlos a esta tuvieron una reacción alérgica parecida al asma. Sin embargo, después de inyectarles la nanopartícula, no presentaron ninguna respuesta alérgica.  

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