Revista D

<div> Los diseños del piso alfombra son otro atractivo del Centro Histórico</div><div>  </div>

Basta ver hacia el suelo para empezar a apreciar y valorar el lugar por donde caminamos.

Detalle de uno de los diseños de Casa Mito, sobre la 5a. avenida de la zona 1. (Foto: Cromos).

Detalle de uno de los diseños de Casa Mito, sobre la 5a. avenida de la zona 1. (Foto: Cromos).

Es fácil recordar los elementos externos de los inmuebles. Aunque no es la manera en que lo llamamos cotidianamente, si alguien nos pregunta por “el edificio verde” que está en la Plaza de la Constitución, respondemos con certeza “es el Palacio Nacional”.  De igual manera, en El Centro, “la calle del arco” solo puede ser la 12 calle,  en  clara  alusión al arco del antiguo Palacio de Correos; y si estamos en Antigua Guatemala (5ª. avenida Norte) nos referimos al emblemático detalle arquitectónico del Convento Santa Catalina.

 ¿ Constestaríamos con igual seguridad si alguien, por ejemplo, nos pidiera información de un bar, una casa o un edificio, únicamente con el detalle del piso como referencia?

Bajar la mirada

En el interior de muchos edificios del Centro Histórico hay un tipo especial de suelo, denominado piso alfombra. Sus elaborados diseños no son siempre advertidos. A veces hay muebles  u ornamentos, como plantas, que los ocultan parcialmente. Otros patrones ocupan una amplia extensión de los pasillos o, incluso, una  habitación completa, por lo que haría falta una vista aérea para contemplarlos a totalidad. 

Pero, por lo general, es la prisa la que nos impide bajar la mirada para observar con mayor cuidado el suelo por el que andamos. De hacerlo, descubriríamos un complejo universo de color, diseño y riqueza artística. 

 

 Son como alfombras

Un equipo de personas empezó a hacerlo: bajar la mirada, pero  utilizando cámaras fotográficas para documentar sus detalles. Esta colección de imágenes fue determinante para la publicación, en el 2015, de un libro especializado.
 

En sus páginas es posible conocer antecedentes  del uso de piso, sus tipos y materiales, las empresas nacionales que destacaron por su fabricación y casos concretos de inmuebles que los conservan de manera adecuada.  
 

El trabajo de historiadores, las anécdotas de los propietarios, fotografías y la reconstrucción digital de los patrones son los elementos que nutren esta publicación, “que explora la producción local durante la primera mitad del siglo XX”, se indica en la presentación de Pisos, segundo título de la línea Elementos arquitectónicos de la serie Cromos.

 “Debido a los diseños coloridos y geométricos que ostentan las diferentes presentaciones, que pueden combinarse de diferentes maneras y crear formatos y patrones variados, a este tipo de piso, popularmente, se le denomina en Guatemala  piso alfombra y, a nivel de producción, pisos de cemento líquido”, se explica  en el libro, que compila 15 viviendas.
 

 Este catálogo constituye “un muestrario de material importado desde Inglaterra y la Península Ibérica para las residencias de lujo; y de la fabricación  local, desde su producción popular, hasta su apogeo. Revaloramos así nuestro patrimonio, piezas únicas, sobre las que muchos guatemaltecos caminamos sin observar su riqueza histórica y su valor artístico”.

Patrimonio

 “No sabemos cuándo pueda ocurrir otro terremoto en el país. Una buena parte del patrimonio de la ciudad podría tener daños considerables o, incluso, desaparecer. Contar  con un registro como este puede resultar una herramienta muy valiosa para las generaciones futuras”, dice Arturo Portillo,   a cargo de la publicación de la serie Cromos y Coordinador de la Unidad de Investigación del Centro Histórico, ubicada en la Casa Ibargüen, zona 1.

Producción local

En la época colonial eran comunes los enlozados de piedra y  baldosas de arcilla. En el Centro Histórico quedan algunos patios y corredores que emplean piedra, como el Museo de la Universidad de San Carlos de Guatemala, el beaterio de Santa Rosa y la Catedral de Santiago. 
 

La industrialización que fomentó en el país la Revolución Liberal se reflejó también en la producción de pisos. En 1901 operaba en la ciudad la primera industria de cemento de Latinoamérica 
 

  Las familias que podían costearlo, compraban el piso en Europa. Los diseños recordaban a la complejidad de los mosaicos, pues cada pieza era de pequeñas dimensiones, pero una vez comenzó la producción local, los diseños dejaron de ser tan complejos como los europeos y su tamaño  adoptó el estándar 25×25 cms, pero no por ello los patrones dejaron de ser elaborados, pues surgieron nuevas gamas de combinaciones y colores. 
 

Hubo muchas fábricas, tanto en la capital como en los departamos. De estas, destacaron: La Estrella, que comenzó en 1923; La Fábrica Maselli, conocida desde principios del siglo XX; y Pisos El Águila, fundado en 1927. En el siglo XX también  operaron  Los Tres Reyes, El Cóndor, San Cristóbal, Roosevelt y San Juan.

Casas y pisos

Se han documentado los diseños de alrededor de 50  inmuebles. La serie Cromos seleccionó 15, algunos de estos estos son: 
  •  Palacio Yurrita. Fue la vivienda más destacada al sur de Jocotenango, se inauguró en 1910. En 1989, la adquirió el Tribunal Supremo Electoral.
  • Bar Granada. La imagen de portada de esta edición corresponde al  diseño  de una de sus habitaciones. La vivienda es de 1930. El bar fue fundado en 1963. 
  • Casa Young. Está en el barrio La Recolección. Fue construida en 1876, antes de los terremotos de 1917 y 1918, y conserva muy bien sus pisos alfombra.
  • Casa Sinibaldi Castillo. La residencia original fue destruida por los seísmos de la década de 1910. En 1926 el matrimonio Sinibaldi Castillo la adquirió. Usó material de cemento colado, encargado a la fábrica La Estrella. 
  • Casa Pacheco. Es de 1930, construida en el barrio La Merced. Sus pisos son de diseño popular pero juega con los colores y la disposición para lograr patrones diferentes. 
  • Casa Cervantes. Es un centro cultural. Sus habitaciones son salones de eventos, lo que permite apreciar el esplendor de sus suelos.
  • Colegio Winbridge. Fue una vivienda familiar. Destaca por los  hexágonos de diferentes colores y diseños florales.
  • Instituto Alemán Guatemalteco. Tiene el mismo patrón del Palacio Yurrita, con una paleta diferente, con  mosaicos hexagonales y polígonos regulares.
  • Centro Cultural Universitario. Su construcción comenzó en 1925, pero el edificio tuvo diferentes usos antes del actual. El trabajo se encargó a la fábrica La Estrella.
  • Casa de Mito. Data de principios del siglo XX. Cuenta con ejemplos de nivel superior, únicos en El Centro. 
  • Casa Mendoza. Está en el barrio San Francisco. Sus pisos alfombra se encuentran casi en perfecto estado.

Conocer para preservar

Para la limpieza de estos pisos se recomienda usar jabón neutro y agua, pues los líquidos o químicos, ácidos o productos alcalinos alteran su color. Para darles brillo, si es de gres (pequeño mosaico), se sugiere contratar a profesionales; para los de cemento líquido, no es recomendable el pulido con máquina y se debe aplicar un sellador. 
 

  Por desconocimiento de los propietarios, se ha perdido el material de varios inmuebles,  por trabajos no supervisados de remodelación o mantenimiento. En otros, debido a que la residencia acaba convertida en estacionamiento para vehículos.
 

   Muchas veces, comenta Arturo Portillo, se dice que los guatemaltecos somos malinchistas, que no amamos lo propio, pero “¿cómo vamos a hacerlo sin conocer lo que tenemos”, se pregunta. A su juicio, no debemos limitarnos a “amar algo solo porque sea nuestro, sino porque es bueno”. Y, en el caso de los  pisos alfombra, hay suficientes razones para hacerlo posible.

 

Inadvertido al andar

Los pisos de cemento líquido, denominados así “aquellos ladrillos cuadrados de cemento con color, que cubren las superficies de las habitaciones de las casas, tanto populares como de abolengo”, escribe el arquitecto Alejandro Flores en la introducción del libro Pisos, “se consideran productos artesanales”.
 

“Rescatar y mostrar los ejemplos significativos de artículos manufacturados que aún forman parte del habitáculo donde vivimos”, prosigue Flores, “trae un fresco aire al gusto por lo que insospechadamente pasa inadvertido a nuestro diario andar. Normalmente la vista se dirige al frente o hacia arriba, pocas veces hacia abajo, salvo para reconocer que donde se apoya es la alfombra para suavizar los pasos”.

Próximos títulos

La serie Cromos cuenta con tres líneas de investigación y publicación, de acuerdo a sendos tipos  de arquitectura: religiosa, pública y residencial. En el 2014 presentó su primer material, con la historia de los templos del Centro Histórico. Pisos corresponde a la línea  Elementos arquitectónicos desde la cual se trabajan dos libros más, uno sobre vitrales y el otro sobre herrería. 

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