Economía

Reflexiones sobre las perspectivas económicas del 2016

Tanto la Organización Mundial del Comercio (OMC) como otras organizaciones multilaterales pronostican un crecimiento lento del comercio mundial en el 2016 y una posible desaceleración de los países emergentes, debido a una baja de la demanda y un alto riesgo de inestabilidad financiera. Desde finales del 2015, los pronósticos alertaban ya sobre la desaceleración de China y su impacto en las cadenas de suministro y la demanda global.

En el informe sobre las Perspectivas Económicas para 2016 de la OCDE se expresa la necesidad de una respuesta política colectiva más vigorosa para fortalecer la demanda. El reporte apunta a las políticas fiscales de contracción de muchas economías avanzadas y al menor ritmo de las reformas estructurales. La OCDE anticipa un crecimiento de la economía mundial de 3%, siendo este un porcentaje menor al previsto en el 2015.

Por su parte, en el Informe sobre las Perspectivas de la Economía Mundial del Fondo Monetario Internacional (FMI) se pronostica un crecimiento global de 3.2% en el 2016. El Banco Mundial también señala que el bajo crecimiento de los países emergentes dificultará la reducción de la pobreza y la prosperidad compartida, ya que dichos países han contribuido enormemente al crecimiento mundial observado en los últimos años.

El presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, indicó recientemente que más del 40% de la población pobre del mundo vive en países en desarrollo, cuyo crecimiento se vio seriamente afectado en el 2015. En este contexto indicó, será esencial que estos países fomenten su capacidad de recuperación y protejan a los más vulnerables.

Respecto de América Latina y el Caribe, el Banco Mundial anticipa que, por segundo año consecutivo, la región estará en recesión y su economía se contraerá de 0.5% a 1%. Según se indica en el reporte titulado “El ciclo de los commodities en Latinoamérica: espejismos y dilemas”, esta contracción está relacionada con la baja en el valor de los commodities y los reajustes que está sufriendo la economía china. De acuerdo con esta proyección, el crecimiento económico de 3% que se espera para el 2016 en Centroamérica, México y el Caribe no será suficiente para compensar la contracción aproximada de 2% en América del Sur.

Se proyecta que Brasil y Venezuela serán los países más afectados por esta baja, con importantes contracciones de sus economías. Por el contrario, se espera que Centroamérica, México y el Caribe registren tasas de crecimiento, debido a su menor dependencia de exportaciones de commodities y a su mayor vinculación a la recuperación económica de Estados Unidos.

Las dificultades recientes que enfrenta el comercio mundial se iniciaron en el 2009, a consecuencia de la crisis financiera global. En los últimos años, el comercio mundial ha registrado un aumento, pero reducido, debido en parte a una apreciación del dólar y la caída de los precios de las materias primas. Empero, los pronósticos a mediano y largo plazo son más optimistas. Se espera que los esfuerzos de liberalización comercial y la pronta entrada en vigencia de amplios tratados comerciales como el Acuerdo Transpacífico (TPP, en inglés), contribuyan en esta dirección.

El TPP constituye el mayor acuerdo comercial de los últimos 20 años, y cubre el 40% de la economía mundial. Está actualmente en proceso de ratificación por los 12 países participantes. Se considera que impulsará significativamente los flujos comerciales, mediante la eliminación de los aranceles sobre la mayoría de los productos, así como la reducción de las barreras no arancelarias al comercio. De igual forma, el Acuerdo de Asociación Trasatlántica de Comercio e Inversión entre EEUU y la Unión Europea, (TTIP, en inglés), así como otros acuerdos multilaterales de la OMC, en negociación o prontos a ser implementados (v.g. el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio), son elementos clave que brindan un panorama alentador para el desarrollo futuro del comercio mundial. Se espera que estos instrumentos contribuyan a un crecimiento de los flujos comerciales, generen importantes beneficios tanto para los países desarrollados como los países en desarrollo, y fomenten una mayor integración de las cadenas globales de valor.