Concertó una reunión con la mujer y después otra con el matrimonio, lo que le permitió comprobar los hematomas y le hizo contactar con la Policía española.
La detención del hombre se produjo el 18 de abril, después de que las autoridades en coordinación con la escuela idearan un plan para capturarlo.
El hombre fue puesto a disposición judicial y quedó en libertad, aunque con la medida cautelar de una orden de alejamiento y portando un dispositivo electrónico que se le colocó a modo de control, con lo que, según Briones, “la medida de protección policial a la víctima se ha garantizado”.
El subdelegado destacó “la inteligencia de la víctima al denunciar de esta manera su situación, que ha puesto en alerta a todo el sistema”.
El subdelegado del Gobierno se congratuló de que el sistema judicial español “ha funcionado” y se ha conseguido “preservar” la integridad de la víctima y asegurar el alejamiento del presunto agresor.
El español El País publica en su sitio web que la mujer vivía recluida en su domicilio, controlada y aislada por su esposo, por lo cual era prácticamente imposible que saliera para denunciarlo en persona.
Por si fuera poco la víctima no tenía acceso a teléfono celular ni mucho menos a redes sociales. Cuando salía de casa, a hacer algunas compras o citas con el médico siempre debía hacerlo en compañía de su marido.
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