“Mi madre era la mujer más bella, y ella fue una madre trabajadora y muy activa hasta los 81 años, cuando murió, el 21 de enero de 2014”, expresa Cordón, quien llegó acompañada de su hermano Saúl.
Cordón afirma que pese a la pobreza, su madre se esforzó para que ella y sus hermanos estudiaran. “Ella siempre decía que el día que falleciera jamás quería flores blancas, porque no le gustaban. Su pasatiempo era cocinar y que llegara toda la familia a la casa; disfrutaba eso”, recuerda.
Considerado “un padre a toda madre”
Tres hijas de Encarnación Montes de Oca llegaron al cementerio Los Parques, zona 8 de Mixco, para adornar la tumba de su papá pues consideran que fue “un padre a toda madre”.
Fue un hombre con cualidades “maravillosas”, afirman.
“Lo recordamos como un padre extraordinario, humilde, sencillo, responsable y respetuoso. Tenía muchos dones y mucha fe en Dios”, cuenta Magdalena Montes de Oca.
Tres de sus ocho hijas adornaron su tumba mientras recordaban que a cada vehículo que tuvo en vida le puso un nombre, para identificarlos. A uno, por ejemplo, le decía Cotorro, a otro Canario y otro más, la Cusca.
Encarnación murió el 7 de mayo del 2000, el día que cumplió 90 años. Sus hijas recuerdan que pidió una cerveza, de la que solo bebió un sorbo antes de morir. De ahí que por la proximidad del el Día de la Madre les hace recordar su bondad, sonrisas y cariño.
“Su legado permanece en nosotros”
Como cariñosa pero muy firme en las decisiones que tomaba describe María Cristina Matzir a su madre, Ana Xoná, quien falleció el 16 de noviembre del 2013.
Con flores en las manos y lágrimas del recuerdo que conservan, los familiares de Ana afirman que el mejor legado que les dejó es el ejemplo de superación. “Mi padre murió cuando yo tenía 12 años, pero ella llegó a cumplir 90. Dios me permitió tenerla mucho tiempo”, relata María Cristina, quien también visitó la tumba de su esposo, Manuel Pérez, quien falleció hace nueve meses pero vive en el recuerdo de su legado, por haber sido uno de los fundadores del mercado La Terminal y la talabartería El Imán, con 63 años en el negocio.
“Gracias a ella he podido corregir a mis hijos. Ya todos son grandes; tengo cuatro en total. Mi madre nos dejó buenas enseñanzas, como trabajar y ser honrados”, refiere María, quien visita constantemente el panteón, en el Cementerio General.
“La del moño colorado” le gustaba
Cristina Concepción Herrera tendría 93 años si estuviera viva. Para sus hijos no ha fallecido, pues afirman que su recuerdo está más presente que nunca.
Rosaura, Elsa y Heber no han dejado atrás a la mujer trabajadora y emprendedora de quien heredaron buenos ejemplos.
“Para nosotros fue y sigue siendo una madre excelente”, asegura Rosaura de Franco.
A Cristina siempre le celebraban el Día de la Madre con una reunión y fiesta familiar. Le gustaba la canción La del moño colorado, que bailaba y cantaba cuando compartían, relata su hija Elsa Hernández.
Ahora la familia busca seguir el ejemplo de su madre e inculcarles a las nuevas generaciones los valores que recibieron de la mujer que les dio la vida.
“Es una cadena que no se rompe, porque nos dejó buenos cimientos. Lo de una madre jamás se olvida, y más porque fue una excelente persona”, afirman los hijos de Cristina.