Hidalgo no recuerda la fecha exacta en la que llegó a EE. UU., pero de inmediato se dio cuenta de que la vida en ese país es difícil, y que para sobresalir se necesita de mucho esfuerzo y dedicación.
“Mi primer trabajo fue como ayudante de albañil, luego asistí a un electricista. Fue difícil porque en las noches estudiaba inglés y fui preparándome poco a poco. Junto a unos amigos decidimos establecer una constructora de casas de madera y gracias a Dios lo logramos”, refirió.
Proyección social
El guatemalteco cuenta que a pesar de que las ganancias de su empresa no son elevadas, el dinero le alcanza para ayudar a personas de escasos recursos de Retalhuleu. También contribuye con el deporte, pues apoya en la compra de implementos deportivos para niños y jóvenes que integran equipos de futbol.
“He ayudado a personas necesitadas, porque sabemos que en Retalhuleu eso es lo que hace falta. He experimentado la pobreza y eso me motivó a salir adelante en este país, por lo que ahora quiero colaborar con quienes padecen por esas situaciones”, señaló.
Raymundo Joaquín, 31, quien se encuentra postrado en cama desde hace dos años debido a la desnutrición e insuficiencia renal, es una de las personas que se han beneficiado con la ayuda de Hidalgo, ya que le envía víveres y productos de primera necesidad.
Manuela Joaquín, madre de Raymundo, señaló que personas como Hidalgo hay pocas, pues a pesar de estar lejos de su tierra siempre se recuerda de los más necesitados.
Nueva vida
Hidalgo se casó con Elena Mendieta, con quien procreó una niña, y con ellas espera regresar a Guatemala para fundar una empresa y continuar su obra social, pues conoce a la perfección las necesidades por las que pasan miles de personas de su comunidad, debido a la falta de oportunidades.
Mario Canales, vecino de Retalhuleu, refirió que la historia de Hidalgo demuestra que hay personas que se van a EE. UU. y luchan para lograr el sueño de superarse.