Economía

Venezolanos se quedan sin Coca-Cola por falta de azúcar

El Sistema Coca-Cola de Venezuela informó en un comunicado difundido ayer que se han agotado sus inventarios de azúcar refinada de uso industrial lo que lleva a la empresa a interrumpir temporalmente las líneas de refrescos que contienen este ingrediente, aunque seguirán produciendo otras.

Femsa advirtió el fin de semana pasado, que de no poder obtener la materia prima, dejarían de producir; la medida se cumplió a partir de ayer.

Femsa advirtió el fin de semana pasado, que de no poder obtener la materia prima, dejarían de producir; la medida se cumplió a partir de ayer.

“La falta de azúcar implica la interrupción temporal de las líneas de bebidas que se elaboran con esta materia prima, por lo que se mantienen operando las líneas de productos sin azúcar, tales como agua y Coca-Cola Light”, dijo el Sistema Coca-Cola de Venezuela.

En el documento se informa “que se han agotado los inventarios de azúcar refinada de uso industrial existentes” en las plantas de esta compañía, tal y como se pudo constatar durante un recorrido realizado por representantes de los trabajadores y la propia empresa.

Se aclara en el comunicado que la empresa ha sido informada por los centrales azucareros de que “en el corto plazo se contempla la recuperación de los inventarios de azúcar del país” .

El precio de la harina de maíz -ingrediente base de la arepa, plato típico de Venezuela- fue aumentado ayer en 900% el kilo, dentro de una actualización de precios para incentivar la producción y reducir la grave escasez de alimentos básicos.

Congelado desde hacía 15 meses, el precio por kilo de este producto básico en la dieta del venezolano pasó de 19 a 190 bolívares (US$19 a una tasa reservada por el gobierno para la importación de alimentos y medicinas) , informó la Superintendencia de Precios Justos.


“Mientras esto ocurre, con el ánimo de preservar las fuentes de empleo, el Sistema Coca-Cola ha ofrecido a sus trabajadores una compensación solidaria, superior a los términos de ley, con lo cual reitera el compromiso que la compañía mantiene a largo plazo con Venezuela” .

La empresa finaliza asegurando que sigue avanzando con proveedores y autoridades del país “en la búsqueda de alternativas” para “solventar esta coyuntura”.

Venezuela pasa en la actualidad por una severa crisis de escasez y desabastecimiento de productos básicos entre los que se incluye azúcar, leche, harinas, café y mantequilla, así como artículos de higiene personal y de limpieza.

Vivir es un desafío

Bajo la rígida tasa de cambio oficial decretada por el gobierno -de 10 bolívares por dólar- el salario mensual equivale teóricamente a US$1 mil 500.

Pero esta tasa está reservada para la importación de bienes básicos, como alimentos y medicinas esenciales.

Existe otra tasa flotante llamada DICOM, que se aplica a las compras con tarjetas de crédito internacionales, por ejemplo. Esta alcanza a 452.08 bolívares por dólar.

Para los venezolanos comunes, que no pueden importar alimentos ni tienen una tarjeta de crédito extranjera, la tasa de cambio que encuentran en las calles es por lejos muy superior: 1 mil bolívares por dólar.


Esta costosa tasa de cambio es aplicada a casi todo lo importado o lo que requiere ingredientes importados. Esto significa la mayoría de los bienes en Venezuela, que ha dependido por mucho tiempo de su riqueza petrolera para adquirir lo que necesita.

Bajo esta tasa, el salario mínimo se reduce a menos de US$20 al mes.

Incluso para los venezolanos que ganan más que eso la hiperinflación golpea sus bolívares, haciendo que las cosas sean inimaginablemente caras.

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