Debido a que María Teresa tiene parálisis cerebral, Werner Cajas, su padre adoptivo, juró por ella fidelidad a Estados Unidos. “Nadie se imaginó que Teresita iba a llegar hasta donde está”, asegura el médico guatemalteco, radicado en EE.UU desde hace 20 años.
Niña valiente
Teresita, como cariñosamente la llama su familia, nació unida por el cráneo a su hermana, María de Jesús, ambas de apellido Quiej Álvarez.
Tan solo el nacimiento de las niñas ya se consideró un milagro, pues aunque compartían el cráneo tenían cerebros separados, un suceso que según los médicos, se produce una vez cada dos millones de nacimientos.
La cirugía de separación se efectuó en Estados Unidos, el 6 de agosto de 2002, cuando las menores ya tenían un año, procedimiento que tardó unas 20 horas y estuvo bajo la dirección del neurocirujano argentino Jorge Lazareff.
Pese a que no habla, su padre asegura que tiene una forma especial de comunicarse. “Ha sido toda una experiencia de vida criar a Teresita, siempre ha luchado por aferrarse a la vida y lo hace con valor”, afirma.
María Teresa y su hermana, quienes se visitan cada semana pese a vivir con padres adoptivos diferentes, cumplirán 15 años el próximo 25 de julio, por lo que sus familiares, siguiendo la tradición latina, planean celebrar con una fiesta “a lo grande”.