Economía

Cómo avanzar en las negociaciones

Para poder avanzar y concluir las negociaciones comerciales en el ámbito multilateral, es cada vez más frecuente escuchar que éstas deberán llevarse a cabo por medio de acuerdos plurilaterales, con el fin de alcanzar resultados en un menor tiempo y permitir a sus miembros una implementación expedita.

La mayoría de países desarrollados, así como un grupo de países en desarrollo, ha manifestado su preferencia por un enfoque plurilateral de las negociaciones comerciales, dada la dificultad enfrentada por los Miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para alcanzar progresos bajo el concepto del todo único.

Según este principio, elemento rector de las negociaciones multilaterales de la Ronda de Doha desde 2001, cada área de la negociación forma parte de un todo indivisible y por ende nada queda acordado, mientras no se haya acordado todo.

El todo único ha sido particularmente sensible en las negociaciones sobre acceso a los mercados de bienes agrícolas y no agrícolas.

Por su parte, la mayoría de países en desarrollo aún ve con gran escepticismo este enfoque y respalda la visión multilateral, debido al apalancamiento que genera en áreas sensibles como la agricultura, y la mayor certeza para asegurar un trato especial y diferenciado.

De acuerdo con esta corriente, la ausencia del enfoque multilateral, podría transformar las bases de las negociaciones y dejar de lado sectores como la agricultura, en la que los países desarrollados aún aplican importantes regímenes de protección.

Vale la pena mencionar que el concepto de acuerdos plurilaterales no es nuevo. Durante la Ronda de Tokio (1973-1979), se negociaron nueve acuerdos de este tipo, tales como el Acuerdo sobre Valoración en Aduanas y el Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio, que fueron finalmente modificados y convertidos en compromisos multilaterales en la Ronda Uruguay.

Cuatro de ellos continúan siendo acuerdos plurilaterales y constituyen el Anexo 4 del Acuerdo de Marrakech por el que se estableció la OMC.

En el ensayo “Los Acuerdos Plurilaterales y el Sistema Multilateral del Comercio”, Peter Draper y Memory Dube describen esta dualidad de posturas, así como el entorno que a su entender sería necesario para que un enfoque plurilateral fuera factible y contara con el apoyo de los Miembros de la OMC.

Como característica esencial, Draper y Dube mencionan el establecimiento de un “Código de Conducta” para la negociación de estos acuerdos, basado en la participación voluntaria de los Miembros, así como el hecho de que los beneficios convenidos no tendrían que otorgarse por regla a los miembros que no formaran parte del acuerdo.

En una reciente reunión abierta a todos los Miembros, el Embajador de Suiza Remigi Winzap, Presidente del Grupo de Negociación de Productos No Agrícolas (ANMA), indicó haber observado sus consultas que la mayoría de los Miembros favorece la continuación de las negociaciones multilaterales, pero otro grupo de miembros no ve necesariamente una ventaja comparativa en la OMC, como foro para las negociaciones de acceso a mercados.

En relación con este tema, Estados Unidos percibe que no es posible avanzar actualmente en el AMNA, debido al enfoque secuencial que otros Miembros aplican a estas negociaciones frente a las agrícolas. Por su parte, Japón ha resaltado en términos generales, la importancia de que la normativa de la OMC siga vigente y en este sentido, el plurilateralismo podría dejar como segunda mejor opción al multilateralismo, mecanismo que obliga a otorgar un tratamiento no discriminatorio a todos los Miembros de la OMC.

Por su parte, el Director General es un firme creyente en el multilateralismo.

En recientes intervenciones ha expresado que la OMC es una organización basada en la decisión de sus Miembros y dada esta dicotomía, observa que habrá ocasiones en las que el plurilateralismo y multilateralismo podrán coexistir o complementarse y los Miembros tienen qué estar abiertos a ello.

En todo caso, tal como indican Draper y Dube, los Plurilaterales podrían ser una vía a futuro para continuar las negociaciones de la OMC, entendiendo que el principal desafío sería la puesta en marcha del proceso.

Para ello, será importante tener previamente una noción clara del “código de conducta” en el que se basarán estas negociaciones, a la luz de los principios acordados en la OMC.

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