La defensa de los implicados pidió al juez que se solicite el uso de la Sala de Vistas de la CSJ para desarrollar la diligencia la próxima semana.
Según Gálvez hay seis declaraciones en anticipo de prueba en el caso. Mientras que la defensa de algunos implicados pidió al Ministerio Público que se les emplíe la información en la que se le sindican los delitos a sus clientes.
El presidente del Organismo Judicial, Ranulfo Rojas, comentó que implementarán medidas de seguridad que garanticen que los sindicados accedan a las audiencias, además de coordinación con la Policía Nacional Civil (PNC).
“Toda vez que directamente el traslado de los reos depende del Sistema Penitenciario, estaremos viendo si se solicita algún tipo de refuerzo por parte de la PNC”, afirmó Rojas.
Regreso al banquillo
Este día ha marcado el regreso del expresidente Otto Pérez Molina y la exvicepresidenta Roxana Baldetti, ambos en prisión, a un nuevo encuentro ante el juez de Mayor Riesgo B, Miguel Ángel Gálvez.
Pérez Molina suma 12 cargos con su tercer proceso —La Línea, TCQ y Cooptación del Estado—; Baldetti llega a 15, con cuatro procesos —La Línea, Lago de Amatitlán, TCQ y Cooptación del Estado—.
PP se convirtió en Ciacs
El PP utilizó un conglomerado de empresas de Víctor Hugo Hernández, quien era contador de Juan Carlos Monzón, colaborador eficaz en los casos La Línea y TCQ, usados para lavar dinero y no reportarlo al Tribunal Supremo Electoral (TSE).
La “estructura criminal” del PP, como fue calificada por el Ministerio Público y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, señala que a la agrupación política mencionada se le hizo fácil hacerse con el poder gracias al financiamiento de empresarios de todo tipo.
Según la investigación, los financistas entregaban el dinero a las entidades que los operadores del PP les indicaban, con el conocimiento de que no recibirían por lo entregado ningún bien o servicio, pues en la mayoría de casos se trataba de firmas de cartón.
Las empresas de Hernández le entregaban facturas falsas y, en ocasiones, por servicios intangibles y difíciles de rastrear como “uso de maquinaria por mil horas”, modalidad que se repite constantemente.
Hernández recibía por los servicios prestados un pago mensual. Para ello utilizaba las empresas Adinse, HJ&AV, Jayes y Mayfe, entre otras de cartón.