Policías y militares, que custodiaban el edificio, lanzaron gases para dispersar a los manifestantes, mientras que militantes chavistas agredieron con palos a Julio Borges, jefe de la bancada parlamentaria de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD, mayoritaria).
“Íbamos en paz a pedir ser escuchados como cualquier venezolano. Sin embargo, las rectoras (del CNE)se negaron a atendernos. Ellas creen que están por encima de la Constitución, del pueblo” , declaró Borges, con la nariz ensangrentada.
“Íbamos en paz a pedir ser escuchados como cualquier venezolano. Sin embargo, las rectoras (del CNE)se negaron a atendernos. Ellas creen que están por encima de la Constitución, del pueblo”, Julio Borges, diputado opositor.
Los diputados pretendían entrar al CNE para reclamar la hoja de ruta del referendo, luego de que el martes se les anunció que de las 1,8 millones de firmas que presentó la MUD el 2 de mayo para activar el referendo, son válidas 1,3 millones, seis veces más que el mínimo de 200.000 requeridas por norma.
Maduro repudió los hechos, que atribuyó a una provocación.
“Condeno la violencia que hubo en el centro de Caracas producto de la violencia, de la provocación de la derecha, y llamo al pueblo a no caer en provocaciones”, dijo Maduro ante una multitud que marchó hasta el palacio presidencial en apoyo a los programas sociales del gobierno.
La Secretaría General de Unasur y los exgobernantes José Luis Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá), que impulsan un diálogo entre gobierno y oposición, rechazaron “todo tipo de violencia que pueda afectar la firme determinación de todos los venezolanos”, en un comunicado.
Casi 40 días después de entregadas las rúbricas, la MUD, aún no completa el primer paso del engorroso proceso de referendo, pues el CNE no ha definido la fecha de confirmación de las firmas, un proceso que debe hacerse en cinco días, con máquinas que cotejan la huella dactilar.
En otro punto de la ciudad, decenas de universitarios se enfrentaron con piedras y bombas incendiarias a efectivos de seguridad que lanzaron gases lacrimógenos, disparos de perdigones y algunos chorros de agua, luego de que los efectivos de seguridad boquearon una marcha de los estudiantes hacia el organismo electoral.
“La válvula de escape”
Acusándolo de servir al gobierno, la MUD sostiene que el CNE demora todo para evitar que el referendo se haga antes de 2017 -cuando se cumplen cuatro años del mandato presidencial-, pues si se hace este año y Maduro pierde se llamará a elecciones. Si se efectúa el año próximo, sería sustituido por el vicepresidente nombrado por el gobernante.
“No vamos a permitir que nos conculquen el derecho de los venezolanos de salir de este gobierno de ladrones, de corrompidos, mediante el referendo revocatorio en 2016, no el 2017 ni el 2018, este año” , afirmó el presidente del Parlamento, Henry Ramos Allup, junto a Borges.
egún las encuestas, de seis a siete de cada diez venezolanos apoya un cambio de gobierno. Para revocar el mandato de Maduro, la oposición necesita más de los 7,5 millones de votos con que fue elegido en 2013 tras la muerte de Hugo Chávez, quien gobernaba desde 1999.
Las protestas se han vuelto cotidianas al agravarse la escasez de alimentos y medicinas, y el alza del costo de vida, pues el país petrolero tiene la inflación más alta el mundo: 180,9% en 2015 y proyectada al 700% por el FMI para 2016. Para la oposición, el referendo “es una válvula de escape”.
“¿Cacería de brujas?”
La MUD exige que el CNE fije la fecha de confirmación de firmas, que podría ser del 16 al 20 de junio según una versión extraoficial, a fin de pasar a la segunda etapa: la recolección de otras cuatro millones de rúbricas (20% del registro electoral) para convocar el referendo.
El abogado constitucionalista José Ignacio Hernández opinó que el órgano electoral violó sus propias normas, que establecían cinco días para el proceso de revisión de firmas, al haber pasado ya 40 días desde que fueron presentadas.
“No hay forma de justificar el silencio administrativo del CNE en dar respuesta a un trámite que el propio CNE inventó”, aseguró Eugenio Martínez, experto en temas electorales.
El vocero de la MUD, Jesús Torrealba, advirtió que el CNE pretende usar un mecanismo en su página web “de exclusión de firmas” en la fase de ratificación, para que quienes deseen puedan consignar su “arrepentimiento”.
“Eso, por supuesto, es un pretexto para abrir una cacería de brujas inmensa en los ministerios y en las oficinas de la administración pública”, aseguró.
El número dos del chavismo, el diputado Diosdado Cabello, ha advertido que los funcionarios que firmaron para pedir el referendo deben de ser despedidos.