El número dos del mundo, que necesitó tres sets y dos horas y 13 minutos para doblegar a Raonic, se desmarcó de tenistas de leyenda como MJG Ritchie, Anthony Wilding, Roy Emerson, John McEnroe, Boris Becker, Lleyton Hewitt y Andy Roddick, y se convirtió en el único jugador en levantar en cinco ocasiones el trofeo en el prestigioso Queens Club.
En una abarrotada pista central, y entre decenas de banderas del Reino Unido y de gritos de “¡Come on, Andy!” , el británico y el canadiense saltaron a la pista en la que, a priori, era una de las mejores finales del ATP 500 de Londres de los últimos años.
Murray había dejado en el camino al francés Nicolas Mahut, a sus compatriotas Aljaz Bedene y Kyle Edmund, y al croata Marin Cilic, ganador hace cuatro años, mientras que Raonic tuvo un cuadro ligeramente más duro: Nick Kyrgios en primera ronda, Jiry Vesely en segunda, Roberto Bautista Agut en cuartos de final y Bernard Tomic en semifinales.
El canadiense, tercer favorito en el torneo, se presentó en la final como un rival peligroso para Murray después de haber mostrado una evidente mejoría sobre la hierba desde que empezó a trabajar con el mítico McEnroe.
Además del duelo en la pista, otro de los focos de atención de este domingo estaba en las tribunas, con McEnroe e Ivan Lendl como protagonistas.
El estadounidense y el checo, dos enemigos íntimos desde la década de 1980 -se enfrentaron en 63 ocasiones, entre partidos oficiales y exhibiciones (37-26 para Lendl) -, entrenan ahora a Raonic y Murray, respectivamente.
McEnroe, todo pasión y espectáculo, celebró cada punto de su pupilo poniéndose de pie y aplaudiendo, mientras que Lendl, tradicionalmente más callado y frío, se limitaba a analizar cómo lo estaba haciendo su jugador.
La igualdad predominó en el primer set, en el que ambos tenistas mantuvieron su servicio, y que cayó finalmente del lado de Raonic en un ajustado desempate (7-6(5) ). El británico, que llegó a perder por 5-2 en el tie break, forzó el 5-5, pero el tenista nacido en Montenegro frenó la reacción y se llevó la primera manga con contundencia.
Raonic comenzó el segundo set enchufado, ganando sus dos primeros servicios y rompiendo a su rival para colocarse con una cómoda ventaja de 0-3.
Sin embargo, en ese momento llegó la reacción del de Dunblane, animado siempre por una grada que lo llevó en volandas, y consiguió ponerse por delante en set (4-3) tras hacerle dos breaks a un Raonic que hasta la final había conservado su servicio. Murray logró mantener su saque para igualar el partido y forzar el definitivo tercer set.
Se desfondó Raonic, que vio cómo el escocés le rompió el servicio en el primer y en el noveno juegos para acabar llevándose el partido por 6-3.
“He ido ganando confianza con el pasar del partido. Milos jugó muy bien y sirvió mejor, pero me sentí muy bien. Venir aquí para intentar ganar el título por quinta vez me motivaba mucho. Siempre es un verdadero placer venir a Queens”, dijo Murray sobre el césped de la pista central durante la ceremonia de entrega del trofeo.
“Felicidades a Andy por ganar el torneo por quinta vez. Es divertido jugar en Queens y espero que dentro unos cuantos domingos pueda tener una revancha (en Wimbledon). He mejorado mucho esta semana con John (McEnroe) y espero seguir haciéndolo”, comentó, por su parte, Raonic.