Mientras que El Salvador con 64.7% figura como el país más endeudado.
En cuanto al volumen de la deuda, Costa Rica es el país que más debe con US$34 mil 919 millones, seguido por República Dominicana con US$31 mil 702 millones.
Mientras que Guatemala registra US$15 mil 868 millones.
Juan Alberto Fuentes, presidente de Oxfam Internacional y ex ministro de Finanzas opinó que la deuda del país no es alta y que el problema no es su capacidad de pago, sino los ingresos de la carga tributaria.
Agrega que si el país se endeuda más, lo debería emplear en inversión.
“Ahora con el tema del combate a la corrupción, existen condiciones para que a futuro se cree confianza en el uso de los recursos, porque hay más certeza de que los corruptos pueden pagar por sus actos y existe más garantía de que se van a usar bien los recursos”, afirmó.
Fuentes subrayó que el Estado debe demostrar que el gasto en salud puede conducir a mejorar las condiciones básicas de atención médica.
Carlos González Arévalo, analista de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes), resaltó que el país ha sido prudente en sus políticas de endeudamiento pero en los últimos cinco años —desde el gobierno del expresidente Colom y durante el gobierno del Partido Patriota— la deuda creció a pasos más grandes.
González agregó que hay alrededor de un 15% de margen en relación al techo permisible de la deuda en relación al PIB, pero no significa que “nos sigamos endeudando”.
Tipo de deuda
Por aparte, González dijo que se debe observar qué tipo de deuda tiene el país, cuáles son los plazos, las tasas de interés y en qué moneda está pactada.
Agregó que en cuanto a la moneda existe un equilibrio entre la deuda externa e interna.
González explicó que la observación anterior es importante porque el tipo de cambio es estable y pagar en dólares no implica emplear más quetzales.
Según González, debido a la estabilidad cambiaria del país, es preferible endeudarse en dólares con organismos internacionales porque las tasas son más bajas y los plazos más largos, contrario a colocar bonos en el mercado local con tasas más altas y plazos más cortos.