Pero más allá del honor herido, para los españoles la derrota tuvo consecuencias importantes: en vez de jugar contra un tercero en octavos lo hará ante el campeón del Grupo de la Muerte, Italia, en el partido que será sin duda el duelo estelar de la siguiente ronda.
Otra consecuencia: en vez de circular por la parte superior del cuadro, sobre el papel mucho más despejada, España se mete de lleno en la parte inferior, donde han ido quedando grandes pesos pesados.
De esa forma, el ganador del España-Italia tendría unos cuartos de final teóricos ante la campeona del mundo, Alemania, en un pulso con aires de final anticipada.
Francia e Inglaterra, por su parte, podrían protagonizar otro cuarto de final cinco estrellas, impregnado además de rivalidad vecinal.
Los ganadores de esos dos cuartos de final de lujo serían rivales en semifinales. Un programa espectacular para los amantes al fútbol, pero que irá dejando víctimas ilustres irremediablamente desde etapas tempranas del torneo, antes de lo esperado.
Ocasión para los outsiders
En esa parte superior de los outsiders figuran ya Croacia y el Gales de Gareth Bale, campeones de los grupos D y B, que esperan al miércoles para conocer rivales.
Lo que la Eurocopa ya tiene seguro es que la final de la anterior edición no se repetirá, ya que se adelanta a los octavos: en 2012, España había arrollado 4-0 a Italia en Kiev, por lo que “la Azzurra” sueña ahora con cobrarse la vendetta.
Tampoco se repetirá la final de la Eurocopa-2008, también ganada por España, ya que fue ante Alemania (1-0 en Viena) y el duelo se adelantaría a los cuartos de final.
La Eurocopa entra en su parte decisiva, a todo o nada, y los grandes duelos empiezan ya a estar sobre la mesa y a hacer salivar a los grandes gourmets del futbol.