“Hay ejemplos de infiltración criminal en el deporte por su vulnerabilidad, por esa falta de respuesta en términos de legislación y reglamentos, y por la falta de supervisión, tanto financiera como a otros niveles”, advierte.
El portugués Emanuel Medeiros es la cara visible del ICSS desde 2014, un organismo con sede en Qatar que comenzó a operar tres años antes y que está presidido por Mohammed Hanzab, un antiguo mando militar del país.
Lanzado bajo la premisa de defender la integridad del deporte, trabaja en calidad de asesor de diferentes organismos e instituciones a nivel mundial.
Un caso paradigmático y reciente de la infiltración de criminales en el futbol es el del Uniao de Leiria, de la Tercera División portuguesa, que según Europol era pieza clave en un entramado creado por la mafia rusa para blanquear millones de euros a través del futbol. Su presidente, Alexander Tolstikov, continúa en prisión preventiva junto a uno de sus asesores más cercanos.
“El modus operandi de este grupo era identificar a clubes de futbol europeos con problemas financieros, infiltrarse en ellos a través de benefactores y proporcionarles donaciones e invertir en ellos”, explicaron desde Europol después del desencadenamiento de la operación, a principios de mayo.
El lavado de dinero se llevaba a cabo a través de la venta de jugadores y los acuerdos sobre derechos de televisión, pero también a través de apuestas por Internet, de acuerdo con las mismas fuentes.
En opinión de Medeiros, los primeros intentos por afrontar este fenómeno en el deporte proceden “únicamente de las autoridades policiales, mientras que entre los organismos que rigen y regulan el futbol apenas se ven cambios.
“Tendría que ser el propio movimiento deportivo el que se uniera, dejase de trabajar de forma fragmentada, dejase de mirarse de uno a otro con celos y entendiese que para resolver problemas de esta complejidad tiene que haber una intervención conjunta de gobiernos, reguladores y otros socios”, argumenta.
Por este motivo, el ICSS impulsa desde hace meses la Alianza Global para la Integridad en el Deporte (SIGA, en inglés) con el propósito de unir a gobiernos, organizadores y patrocinadores para mejorar la transparencia y la integridad en el sector.
Una de las consecuencias más visibles de esta infiltración criminal en el futbol pasa por el mundo de las apuestas, con amaños y compra de partidos como ejemplos más claros.
Europol
“Las apuestas deportivas mueven ya más dinero que el deporte en sí”, asegura Medeiros, quien cita un estudio realizado por el ICSS junto a la universidad francesa de La Sorbona en 2014 para estimar que se trata de un negocio de entre uno y dos trillones de euros por año.
“La investigación apuntaba en 2014 a que sólo el volumen de apuestas ilegales oscilaba ya entre €500 millardos y €800 millardos, de los que cerca de €140 millardos estaban relacionados con blanqueo de capitales. Desgraciadamente, no tenemos motivos para creer que estos números hayan bajado, al contrario, aumentaron”, subraya.
El fenómeno está adquiriendo “una escala global” y es especialmente relevante en países asiáticos como China, donde el juego forma parte de su cultura.
“Apelamos con urgencia a que haya un refuerzo de la cooperación internacional en este dominio que englobe a todos los interesados, desde gobiernos y reguladores hasta la industria de las apuestas. Porque por ahora, eso no está ocurriendo”, insiste el director ejecutivo del ICSS.