Hasta ahora, el balance oficial de muertos era de 161 entre civiles, policías y soldados leales al Gobierno, mientras que el número de golpistas fallecidos oscilaba entre 20 y 104, según la fuente.
También se cuenta a más de mil 400 heridos.
Miles de detenidos
Las autoridades turcas seguían arrestando este domingo a militares, jueces y fiscales acusados de haber apoyado el golpe de Estado fallido.
“Continúa la gran limpieza” anunció el ministro de Justicia Bekir Bozdag, citado por la agencia Anadolu. Confirmó que hay unos 6.000 detenidos.
6,000 detenciones han efectuado las autoridades turcas
2,745 ordenes de captura contra jueces se han emitido
3,000 soldados ya fueron aprehendidos
500 jueces y fiscales ya están en prisión.
El sábado, el gobierno ya había anunciado el arresto de cerca de 3.000 soldados por su presunta participación en el intento de golpe lanzado el viernes por la noche. Tras varias horas de violencia, que dejaron al menos 265 muertos en Ankara y Estambul, la intentona fue frustrada por los partidarios de Erdogan.
El ministro de Asuntos Exteriores, Omer Celik, pidió a sus compatriotas que sigan como en las últimas horas movilizados a favor del gobierno en las calles del país para consolidar esta “victoria de la democracia”.
“Los mensajes que dicen 'Podéis volver a vuestras casas' enviados a vuestros teléfonos son de la junta [militar]. Estamos en las calles. La vigilancia de la democracia continúa”, dijo el ministro en Twitter.
Cerca de 85.000 mezquitas del país tenían previsto un rezo durante la jornada para los “mártires” del golpe de Estado abortado.
El sábado miles de turcos salieron a las calles de Estambul, Ankara o Esmirna para celebrar el fracaso del alzamiento en medio de un mar de banderas y del sonido de las bocinas de vehículos.
El periódico progubernamental Sabah hablaba este domingo de “epopeya democrática” mientras que el diario Habertürk se felicitaba de “una sola voz contra el golpe de Estado”.
En una muestra de unidad excepcional en Turquía, los cuatro partidos representados en el parlamento firmaron el sábado una declaración común contra el golpe y cantaron el himno nacional mientras que empresarios y sindicatos también lo condenaron.
Por su parte el periódico de oposición Cumhuriyet lamentó las agresiones cometidas durante la madrugada del sábado y denunció casos de linchamiento. “Turquía ha sufrido un golpe”, titulaba el periódico junto a una foto de un hombre azotando con su cinturón a un soldado golpista en el puento del Bósforo, en Estambul.
Ola de arrestos
Tras la advertencia del gobierno de que los golpistas “lo pagarían caro”, cerca de 3.000 soldados, decenas de generales, jueces y fiscales han sido arrestados en las últimas horas, según la prensa.
Aunque es difícil evaluar su número total, la ola de detenciones que comenzó poco después de haberse frustrado el golpe, preocupa a los países extranjeros y el presidente estadounidenses Barack Obama recordó la “necesidad vital” de que las partes implicadas actúen “en el marco del estado de derecho”.
Según la cadena NTV, han sido arrestados 34 generales de distintos grados, entre ellos figuras emblemáticas del ejército como Erdal Ozturk, el comandante del Tercer Ejército del país, y Adem Huduti, comandante del Segundo.
Entre los detenidos figuran también el comandante de guarnición Ozhan Ozbakir y el jefe de la base aérea de Incirlik (sur) utilizada por la coalición internacional para lanzar ataques contra los yihadistas en Siria, Bekir Ercan Van, según la prensa local.
Un responsable turco explicó a la AFP que el gobierno sospecha que esta base, que permanece cerrada, sirvió par abastecer a los aviones de caza utilizados por los golpistas.
La ola de detenciones no se limita al ejército y según la agencia Anadolu se han emitido órdenes de detención contra 2.745 jueces y fiscales en todo el país. Más de 500 ya han sido detenidos, según la televisión NTV.
La investigación sobre el intento de golpe de Estado está ahora en manos de la fiscalía de Ankara. El gobierno cree que muchos de los detenidos podrían estar relacionados con el imán Fethullah Gülen, exiliado en Estados Unidos, y acusado por Erdogan de haber orquestado la intentona, algo que él niega.
El presidente turco pidió a Washington que lo extradite y su ministro de Trabajo, Suleyman Soylu, fue todavía más lejos en sus acusaciones, asegurando que “detrás del golpe está Estados Unidos”.