Comentó que en algunos casos las adolescentes son obligadas a contraer matrimonio con quien sostuvieron relaciones sexuales, con el objetivo de evitar la deshonra de la familia.
“El entregar a una hija a un hombre para que convivan se convierte en un alivio para el padre, porque representa una carga menos, sobre todo en familias numerosas”, añadió Morales.
Cecilia Mérida, investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, la entrega de las jóvenes muchas veces está vinculada con la cultura de las comunidades.
Karla Mendoza, trabajadora social del Área de Salud de Huehuetenango, dijo: “Hemos documentado casos en los que adolescentes de entre 12 y 15 años son obligadas a casarse y se convierten en madres a temprana edad.
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Carlos Barreno, integrante de la directiva de los 48 cantones de Totonicapán, indicó que los lugares donde más incidencia de matrimonios arreglados se registran son Momostenango, Santa María Chiquimula y Santa Lucía La Reforma.
“Los padres escogen a las parejas o convivientes de sus hijas, pero en ocasiones ambos son menores de edad, quienes por la falta de educación sexual procrean a niños a temprana edad; sin embargo, es importante que sepan que existe una ley que prohíbe que los menores sean obligados a casarse, ya sea por responsabilidad o por conveniencia” añadió.
Casos
Casimiro Pixcar, vocero de la Alcaldía Indígena en Santa Cruz del Quiché, reconoció que esa práctica es común entre la población indígena.
Recordó que uno de los casos más recientes ocurrió en Choaxán 1, en esa ciudad, donde los padres de una joven expresaron: “Dimos a nuestra hija en casamiento a cambio de Q20 mil, con el fin de recuperar algo de lo que invertimos en ella”.
Pixcar añadió que las autoridades ancestrales rechazaron la medida y optaron por mediar en el conflicto, pues la adolescente, de 16 años, se fue a vivir con su esposo, 10 años mayor, pero meses después decidió dejarlo y regresar con sus padres, quienes fueron obligados a devolver el dinero.
Encargados de la Unidad de la Mujer del Ministerio Público (MP), en Quiché, informaron que en lo que va del año han recibido 750 denuncias por violaciones a menores. Se calcula que 562 están ligados a esa práctica.
Marvin Orellana, agente de la Fiscalía contra la Trata de Personas del MP en Quetzaltenango, dijo que actualmente se investiga el caso de un supuesto matrimonio forzado, en Cajolá, donde una niña de 13 años fue vendida por sus abuelos, por Q3 mil.
“Las niñas que son forzadas a contraer matrimonio a temprana edad son obligadas a desempeñar servicios domésticos y sexuales, además de sufrir violación de sus derechos a la salud y la educación, así? como a la libertad física y psicológica”, dijo el antropólogo Jorge Martínez.
Luz Guzmán, coordinadora municipal del Observatorio de Salud Reproductiva en San Juan Ostuncalco, señaló que pese a la modificación de la edad mínima, los matrimonios forzados continúan.
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“En muchos casos, aunque no haya una boda legal, se obliga a las menores a convivir en pareja”, dijo.
Bodas de menores
La Corte Suprema de Justicia autorizó, según el acuerdo 12-2016, publicado el pasado 28 de junio en el Diario de Centro América, conocer y resolver las solicitudes de autorización de matrimonios entre menores de 16 años.
Según el acuerdo, una vez recibida la solicitud, el juez deberá pedir a la Procuraduría General de la Nación una opinión sobre la petición, y dicho pronunciamiento deberá incluir estudios psicológicos y socioeconómicos de los interesados, donde se indique la estabilidad emocional y condiciones para asumir las responsabilidades de la procreación.
Si el solicitante es mayor de edad, el estudio deberá establecer si estuvo casado con anterioridad, y cuáles fueron las causas por las que se disolvió el matrimonio anterior.