Comunitario

Frustración compartida

La crisis de salud tiene dos caras; sin embargo, ambas identifican como responsables a los gobiernos.

Médicos y pacientes sufren a diario carencias similares en la red de hospital del estado. (Foto Prensa Libre: Edwin Bercián)

Médicos y pacientes sufren a diario carencias similares en la red de hospital del estado. (Foto Prensa Libre: Edwin Bercián)

En la puerta principal de la consulta externa del Hospital General San Juan de Dios, en la 1a. avenida y 10a. calle,  zona 1,   en medio de la oscuridad de las 4 de la mañana y mientras la mayoría de la ciudad aún duerme, empiezan a llegar pacientes de diversos lugares del país. Todos tienen el mismo objetivo: lograr atención de los  médicos.  
 
Decenas de pacientes  descienden de taxis; solo ellos conocen  el esfuerzo  para  ubicarse entre los  primeros en la  fila y garantizarse el acceso a la salud.

Nadie los dirije, pero todos se forman en la fila de la consulta externa y brindan  un saludo de cortesía que el resto responde, “muy buenos días”.

Mientras esperan, algunos ven sus recetas, otros relatan su situación con  personas que también llegaron en busca de salud.  Se quedan allí.  A las 6.30 horas ya son 150 pacientes.

Yolanda Méndez Rivas, de 52 años,  responsabiliza al Gobierno de Otto Pérez Molina, de las carencias actuales en el sistema de salud pública, “Él —Pérez Molina— tiene el dinero escondido en bóvedas, deberían de encontrarlo, ese dinero debió servir para mejorar los hospitales”.


El sistema de salud pública del país vive una de los períodos más decantes de su historia, y la recuperación de ese sistema,  es una de las promesas del actual Gobierno.

Julia Hernández, 33,  es otra paciente del  Hospital General San Juan de Dios, el segundo centro asistencial más grande  de Guatemala.

Hernández llegó   para continuar con el  tratamiento de una fractura en sus pierna derecha,   luego de que la atropellaron en febrero último.

Su frustración fue evidente, cuando después  de tres horas las enfermeras  le informaron  que su tratamiento se prolongará, debido a que los aparatos de Rayos X no funcionan.

Historias unidas

La molestia de Hernández es tan solo un lado de la moneda.  Del otro está la del médico residente Edwin González, quien atendió este caso. Su incomodidad se basa en que atiende un promedio de 40 pacientes  al día —de 8.30 a 11.30 horas—, con pocos o  sin  insumos.

En el caso de Hernández, el médico no puede ver la evolución de la fractura porque no hay  Rayos X y su paciente le dijo: “Doctor, no ajusté el dinero para hacerme los exámenes y no sé si en las próximas semanas lo tenga”.  Ella tiene dos hijos, alquilan una habitación en la colonia El Paraíso 2, en la zona 18, junto a su esposo Domingo  Toc, quien trabaja como agente de seguridad privada.

 “Hemos tratado de ir poco a poco, lastimosamente pidiéndole al paciente que se haga el examen en otro lugar. En ocasiones solo nos queda aconsejarles el lugar en que son más baratos, o los enviamos al patronato”, explicó González.

Según  una enfermera del nosocomio, que pidió no ser identificada,  “todos  sabemos que el hospital  no es cinco estrellas ni es un privado, aquí trabajamos con muchas limitantes, que a veces hay un medicamento a veces no, igual el material, que se descompone un chorro, un lavamanos, que no hay ropa…”.

Agregó que las enfermeras hacen labores que no le competen, como trabajo secretarial por falta de personal o como la supervisora de la noche, quien si no hay ropa disponible le toca  ir a buscarla.

“No es su trabajo, ella está para atender pacientes, pero como no hay ropa, y los pacientes están sucios, ella va por la ropa”, afirmó.

La fuente aseguró que cuando hay personal que está suspendido por enfermedad  o bien   hay mucha actividad sindical se recarga el trabajo porque se tiene doble asignación.

De acuerdo al departamento de enfermería, hay unas  200 enfermeras graduadas y mil auxiliares.
De estas,  98 atienden la emergencia y 30 la consulta externa y el resto en otra áreas.

El subdirector del hospital Leopoldo Mérida Spinola, opina que  los médicos del San Juan de Dios  y de otros hospitales nacionales trabajan por vocación, amor al prójimo, interés científico, y por último por el incentivo económico, ya que  tienen un salario base promedio de  Q7 mil, lo que no compensa  todas las responsabilidades y  dificultades que enfrentan en su profesión.

No es caridad

“El Gobierno se quedó con la idea de que el médico tiene que trabajar por vocación, por el famoso juramento hipocrático y porque tiene la obligación de servirle al prójimo”, aseveró.

Agregó que es “una especie de obligación el  sacrificio” y que “el concepto de los gobiernos —guatemaltecos— de la medicina es curar enfermedades o atender por caridad, cuando es obligación del Gobierno.  No solo dan pocos recursos,  sino que al médico que ejerce su profesión en el Estado se le pide como una “caridad obligada, por lo que tienen que ganar poco en lugar de trabajar  por un salario como cualquier otro trabajador”.

Enfatizó que la labor que  hacen tiene la gran responsabilidad de tratar con la vida de las personas, aunque las autoridades no creen que tenga valor. Ante eso se han visto en la necesidad de hacer colectas, actividades deportivas y conciertos  para recaudar fondos y así prestar un servicio al pueblo que ya pagó el acceso a la salud.

“Hospitales enfermos”

En la actualidad el Gobierno central tiene como desafío sacar de la crisis al sistema de salud pública, se efectuaron aportes financieros y  abastecimiento de insumos. Pese a las medidas, algunos galenos  aún dudan de que sobrepasen las penurias.
Napoleón Méndez, médico, subjefe de la unidad de Emergencias del Hospital General San Juan de Dios,  describió la situación del sistema hospitalario como un paciente gravemente enfermo.

Méndez aseguró que la crisis no se superó, y que apenas se hacen esfuerzos para salir de esa situación
“Los 44 hospitales están en una crisis profunda. Hace dos mes el sistema hospitalario era un enfermo grave de muerte, ahora es un enfermo que empezó a dar suspiros, empezó a respirar un poco. Pero quisiéramos que el Gobierno le de la importancia a la Salud”, enfatizo Méndez.

En la unidad de emergencia del centro asistencial persisten las carencias, aseguró Méndez: Nos faltan los antibióticos, las gasas, las suturas, equipo laparoscópico, de Rayos X.  Estamos muy conscientes que los hospitales San Juan de Dios y el Roosevelt, no son suficientes para atender la demanda“.

  • Fractura de pie

La paciente no tuvo acceso a Rayos X. En abril fue atendida en el hospital por una fractura en el pie derecho. El tratamiento se prolongó debido a que los aparatos de rayos X no funcionan.

“No me pudieron atender porque no sirven los aparatos de rayos X, con mi dinero pagaré mi examen en un laboratorio”
Macaria Pop Xol, sufrió una fractura.

  • Úlcera en el colon

Cada 15 días asiste al hospital. Hace  tres meses empezó tratamientos por úlcera en el colon. En los últimos dos meses se dedicó a pedir donativos porque  perdió su trabajo.

“Vengo a mis tratamientos por mi enfermedad de colon, el dolor me alejó del trabajo y gasto mis ahorros para curarme”
Rolando Coyusanza, padece colitis ulcerativa.