Se vio a los bandos enfrentados traer refuerzos para nuevos combates después que grupos opositores quebraron un sitio impuesto por el gobierno y cortaron una ruta estratégica durante el fin de semana.
La batalla de Alepo, la ciudad más grande del país y su antiguo centro comercial, es crucial para la guerra civil siria.
No está claro si los rebeldes podrán conservar el terreno conquistado, pero la ruptura del asedio ha sido un revés para la confianza y expansión territorial recientes del gobierno, respaldado por el apoyo aéreo ruso.
El martes, los funcionarios de la ONU Yacoub El Hillo y Kevin Kennedy dijeron en un comunicado que los combates habían dañado la infraestructura de agua y electricidad.
El número de civiles que viven con “miedo de facto de asedio” ha superado los dos millones, añadieron.
“Como mínimo, la ONU requiere un cese de fuego en regla o pausas humanitarias de 48 horas semanales para llegar a millones de personas carenciadas en toda Alepo y reabastecer los alimentos y medicamentos, que se encuentran en un nivel peligrosamente bajo”, dijeron los funcionarios desde Damasco.
Dada la falta de electricidad para las instalaciones de bombeo de agua, los habitantes de Alepo han podido acceder al agua corriente por menos de 24 horas desde fines del mes pasado.
La representante de UNICEF en Siria, Hannah Singer, dijo que “las familias en Alepo enfrentan una situación catastrófica”, y advirtió sobre el “grave riesgo” de enfermedades transmitidas por el agua.
La Organización Mundial de la Salud dijo que más de 15 médicos que se encontraban fuera de Alepo cuando el gobierno impuso el sitio al sector oriental de la ciudad a mediados julio no podían regresar.
La OMS dijo que pudo confirmar al menos 10 ataques a instalaciones médicas en el este de Alepo en julio.