En remo y gimnasia hay ejemplos de atletas con más de 40 años, y en la hípica varios cuentan más de 50, incluido la neozelandesa Julie Broughman, de 62, la más “experimentada” de toda la competencia.
Lange ya estuvo en cinco Olimpiadas y ganó dos medallas de bronce. Ahora, su catamarán Nacra 17, donde lo acompaña Cecilia Carranza Saroli, de 29 años, lidera la regata en la antesala de la carrera por la medalla, lo que le otorga una excelente oportunidad de incrementar su tesoro.
Navegar no conlleva las mismas demandas físicas que correr o competir en gimnasia, pero el veloz catamarán Nacra requiere agilidad, lucidez y resistencia para pasar días rebotando sobre las olas y capeando todo tipo de clima.
“Hoy lo sufro. Me cuesta. Me cuestan más las cosas”, dijo Lange a la AFP en la base olímpica Marina da Gloria, admitiendo estar exhausto tras su última victoria. “Me cuesta hasta sacar el bote del agua”.
Y el dolor en las articulaciones no es la única preocupación que tiene.
Lange pasó por una cirugía el año pasado debido a un cáncer de pulmón y no compitió durante meses. Y por si fuera poco, en estos Juegos tiene a dos de sus hijos navegando para el equipo argentino en la clase 49er.
“Han sido unas Olimpiadas muy emotivas”, dijo. “Estuve en varios otros Juegos pero nunca lloré tanto como en la ceremonia de apertura o en la mañana siguiente de la inauguración. Solo”.
Deportistas viejos, trucos nuevos
El brasileño Robert Scheidt, de 43 años, buscó también agrandar su colección de cinco medallas para convertirse en el navegante más premiado de la historia olímpica. Y la remera Katherine Grainer, de 40 años, se transformó en Río en la mujer más laureada de Gran Bretaña en los Juegos Olímpicos.
En el listado de veteranos también están la estadounidense Kristin Armstrong, que a sus 43 años ganó la prueba de ciclismo contrarreloj, y el basquetbolista argentino Emanuel Ginóbili, que con 39 años aún juega en la NBA.
Incluso el atletismo tiene sus ejemplos.
dijo el corredor de los cinco mil metros Bernard Lagat.
Bernard Lagat nació en Kenia pero corre para Estados Unidos en la prueba de cinco mil metros. Tiene 41 años y sus primeras Olimpiadas fueron las de Sídney en 2000.
“Entreno con deportistas jóvenes y no siento que esté viejo”, dijo Lagat a AFP el mes pasado, tras finalizar las pruebas clasificatorias para el equipo nacional en Oregon.
“Si uno cree que es viejo, entonces va a correr como un viejo. Estos chicos me empujan para adelante todos los días”, señaló.
Probablemente el caso más desafiante en cuestiones de edad sea el de la gimnasta Oksana Chusovitina, de Uzbekistán, que a sus 41 años disputó sus séptimos Juegos Olímpicos en una disciplina dominada por adolescentes.
Pero a la hora de ser amable con la veteranía, nada supera a los eventos ecuestres, donde los caballos hacen el trabajo físico y la experiencia vale mucho.
Compañero de equipo de la neozelandeza Broughman, Mark Todd tiene 60 años e hizo su debut olímpico 32 años atrás en Los Ángeles, donde ganó la primera de su dos medallas de oro.
“De hecho estoy cabalgando contra los hijos de los que competían contra mí”, explica con simpatía este jinete que ya es leyenda.
Entre sus rivales está el británico John Whitaker, de 60 años, y su hermano menor Michael de 56.