El hombre fue detenido por la Policía Judicial el jueves último por orden de la fiscalía, después de recibir denuncias de tres de sus presuntas víctimas, y ha sido presentado ante el juez, que aún no ha fijado la fecha del juicio.
Según su confesión filtrada por la policía al diario, el hombre reconoció que actuaba siempre según el mismo “modus operandi”: raptaba a sus víctimas, las desvalijaba, las violaba apuntándolas con un cuchillo y las filmaba con su teléfono desnudas y en posturas obscenas, amenazándolas con difundir las imágenes si se atrevían a denunciarlo.
El hombre violaba a sus víctimas apuntándolas con un cuchillo y las filmaba con su teléfono desnudas y en posturas obscenas, amenazándolas con difundir las imágenes si se atrevían a denunciarlo.
El miedo al escándalo y al deshonor en una sociedad muy conservadora hizo que la mayoría de las víctimas prefirieran guardar silencio, lo que permitió al agresor actuar impunemente durante mucho tiempo.
El violador elegía a sus víctimas tanto en la ciudad de Agadir, como en sus alrededores y cometía sus violaciones en alguna guarida que tenía en la cercana localidad de Ait Melul.