Primero fue México, ahora Guatemala.
La amenaza de imponer aranceles a los productos guatemaltecos tiene con los nervios de punta a todos los sectores sociales que ven cómo el país está entre la espada y la pared: o firma un acuerdo de tercer país seguro o irremediablemente podría ser sancionado no solo con aranceles, sino con un impuesto a las remesas familiares.
El anuncio de Trump se da en un momento clave del proceso electoral en el cual por lo menos 18 candidatos demócratas han comenzado la carrera por ganar las elecciones primarias que serán a comienzos del 2020, y con el horizonte puesto en el senador Benie Sanders y el exvicepresidente Joe Biden como sus probables rivales políticos.
Por parte del partido Republicano, prácticamente Trump no tiene rivales. A excepción del Bill Weld, el exgobernador de Massachusetts, nadie ha formalizado la intención de competir contra el mandatario estadounidense por la candidatura y solo se mencionan algunos nombres.
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Y no es para menos.
Las bases republicanas confían en que Trump volverá a ganar las elecciones como lo hizo en el 2016 cuando, contra todo pronóstico, en principio ganó las primarias y luego venció a la demócrata Hillary Clinton, a pesar de que el multimillonario estadounidense figuraba detrás en las encuestas.
Al igual que lo hizo en la campaña pasada cuando acusó a México de enviar a narcotraficantes y violadores a EE. UU., Trump parece estar dispuesto a ofrecer a sus electores de todo, siempre y cuando sea para golpear a los migrantes.
Los analistas creen que, al no haber cumplido con su promesa de construir el muro fronterizo con México que ese mismo país pagaría, Trump tiene que endurecer su retórica para complacer a su base electoral y así demostrarle que cumple con su oferta antimigratoria.
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Los demócratas por su parte quieren capitaliza el voto calificando de crueles e inhumanas las políticas del gobernante estadounidense.
Hace poco, la congresista por Nueva York, Alexandria Ocasio-Cortez visitó un centro de detención a cargo de la Patrulla Fronteriza y al salir habló informó de las “horribles” por las que atraviesan los migrantes —hombres, mujeres y niños— quienes, aseguró, beben agua de los inodoros porque no se las proporciona en las cárceles.
Días después la congresista citó al secretario de Seguridad Interna, Kevin McAleenan, a quien cuestionó si las políticas de Trump, como la separación de familias, habían contribuido a deshumanizar a los guardias de la Patrulla Fronteriza.
Como Ocasio-Cortez, los demócratas tratan de explotar el tema migratorio para obtener réditos políticos.
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En un foro organizado el mes pasado para discutir temas hispanos, ocho aspirantes demócratas a la Casa Blanca criticaron las políticas del gobierno de Trump que llevaron a la separación de familias y la detención de menores migrantes.
Bernie Sander, por ejemplo, prometió que de llegar a la presidencia utilizaría los mecanismos necesarios para revertir el “temor y daño” que han causado las políticas de Trump y recordó que el actual gobierno “arranca a los niños de los brazos de sus madres” de los cuales algunos han muerto.
Por ser un tema muy sensible, ambos bandos tratarán de explotar a su favor el tema migrante.
Callejón sin salida
Abel Núñez, director del Centro de Recursos Centroamericanos (Carecen), manifestó que “está claro que las medidas son parte de una estrategia” del mandatario estadounidense con miras a las elecciones presidenciales del 2020.
Para Núñez “desdichadamente”, Guatemala se encuentra “entre la espada y la pared” ya que, o acepta firmar el acuerdo de tercer país seguro para lo cual no tiene capacidad de responder, o soporta la imposición de aranceles a productos y remesas.
“Esto es una táctica del presidente Trump para forzar a países más débiles de la región y asegurarse de que cumple con su misión de frenar el flujo migratorio hacia Estados Unidos. Al presidente no le interesa la vida de los migrantes, sino que no lleguen a la frontera”, apuntó el activista.
Núñez ve muy probable que Trump materialice sus amenazas toda vez que esto no representaría ningún costo político para él como si lo fue, por ejemplo, la imposición de aranceles a China o incluso, la separación de familias dentro de la política Tolerancia Cero.
“Él está claro que puede hacer y decir cualquier cosa con nuestros países y que los gobiernos se van a tener que doblar a lo que pida el presidente”, añadió el director de Carecen, quien; no obstante, reconoce que siempre ha habido presiones hacia Centroamérica, pero “en la calidad que lo hace Trump, amenazante y muy público” todo se complica.
Si se concretan la imposición de aranceles, añade Núñez, esto se traduciría en más pobreza para Guatemala, pero, en contraparte, si se firma el acuerdo de tercer país seguro, no habrá capacidad para cumplirlo y “no va a funcionar porque la gente no se va a quedar y el país no tendrá capacidad para procesarlos”.
Para Pedro Pablo Solares, analista en temas migratorios, Trump sabe que el tema migratorio es de suma importancia para los estadounidenses, incluso más que otros como la salud, y aunque muchos de los anuncios se han quedado en amenazas, su discurso “de odio” ha causado reacciones en contra de los migrantes.
De acuerdo con el experto, Trump ha hecho de la migración su estrategia ganadora, “toda vez que no importa qué suceda, su base electoral lo apoyará. Por ejemplo, si se reduce la migración, dirán que él cumplió, pero si no, habrá nuevas olas en la frontera que inspirarán sentimientos xenófobos en su base electoral lo cual lo fortalecerá”.
En Guatemala
Mientras tanto, en Guatemala, el clima político se mantiene tenso.
Con la popularidad en los niveles más bajos desde el 2016, el presidente Jimmy Morales ha negociado el acuerdo casi a escondidas y de lo que se sabe hay muchas contradicciones; de hecho, hasta este lunes, Morales negaba que entre las conversaciones existieran pláticas para formalizar un acuerdo de tercer país seguro, afirmación que Trump desmintió con un tuit la mañana del martes.
A menos de un mes para la segunda vuelta electoral los candidatos que participarán en el balotaje, Sandra Torres de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) y Alejandro Giammattei, de Vamos, parecen rechazar la firma de un posible acuerdo.
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Ambos coinciden con que no se deben hacer negociaciones a espaldas del pueblo para no comprometer el futuro de los guatemaltecos.
Por aparte, el Congreso podría convertirse en un actor político clave para aprobar un acuerdo con EE. UU., después de que la firma prácticamente quedó en suspenso cuando la Corte de Constitucionalidad (CC) resolvió que un acuerdo de tercer país seguro debía ser conocido por el Legislativo.
En el Congreso también prevalecerá la tensión, sobre todo después de que un asesor del Gobierno de Estados Unidos amenazó con sancionar a diputados que obstaculicen el acuerdo para convertir a Guatemala en un tercer país seguro para solicitantes de asilo.
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