En el invierno del 2009-2010, lluvias intensas y deslaves causaron la pérdida de 106 hectáreas (262 acres) .
La tormenta de este año aparentemente también congeló o mató a cerca de 6.2 millones de mariposas, casi el 7.4% de los 84 millones que se calcula migraron a México durante el invierno, indicó Alejandro del Mazo, comisionado nacional de reas Protegidas.
“Nunca habíamos visto semejante combinación de vientos fuertes, lluvia y temperaturas gélidas”, dijo el especialista Lincoln Brower acerca de las tormentas del 8-9 de marzo.
Dos grandes pérdidas en cinco años podrían indicar cambios en las condiciones climáticas que han permitido la supervivencia de partes de los bosques de montaña. Este año la sequía causó la pérdida de otras 6,5 hectáreas.
“Esto destaca la fragilidad de estos bosques y de la monarca, y evidencia la importancia de la reforestación” , dijo Omar Vidal, director del grupo conservacionista World Wildlife Fund México, que realizó el censo forestal junto con expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México y el gobierno.
Para las mariposas es vital contar con bosques bien conservados, donde millones de los insectos de alas color naranja y negro se cuelgan de las ramas. El buen estado del árbol y el amontonamiento protegen a las mariposas de las lluvias frías y las caídas bruscas de temperatura.
Por eso la tala ilegal de árboles en el núcleo de 13 mil 551 hectáreas de la reserva es tan dañina. Los conservacionistas han tratado de convencer las comunidades agrarias y de montaña propietarias de la mayor parte de las tierras que el bosque es más redituable como atracción turística que la venta de la madera.
En abril, el gobierno anunció la creación de una unidad policial especial para patrullar las reservas naturales y combatir los delitos ambientales.
Aunque la unidad todavía no se encuentra en el terreno, la tala ilegal en la reserva de la monarca se redujo este año a 12 hectáreas, comparado con 20 hectáreas en el 2015.
A diferencia de años anteriores, donde la mayor parte de la tala se realizaba en las comunidades agrarias, este año unas tres cuartas partes ocurrió en las tierras públicas del área central, precisamente el tipo de terreno que la policía ambiental podría proteger con mayor eficacia.
“Por eso insistimos en que hay que erradicar la tala ilegal en la reserva y detener la destrucción del algodoncillo en las áreas de alimentación de la monarca en los Estados Unidos, para que así las mariposas puedan responder mejor a estos eventos climatológicos extremos” , dijo Vidal.
Brower criticó la decisión de las autoridades de aprobar rápidamente el “salvataje” de los árboles derribados por las tormentas, ya que podría fortalecer los intereses madereros y afectar las posibilidades de regeneración natural del bosque.
“La decisión de autorizar el extenso salvataje de los troncos fue posiblemente el error administrativo más grave que se pudiera cometer”, escribió.
“Las fotos que he visto de cientos de troncos en camiones que salen de la reserva y de enormes pilas de troncos cuidadosamente tallados debajo de (la reserva monarca de) Rosario son atroces” .
Estos daños se producen cuando la monarca empezaba a recuperarse.
La zona cubierta por las mariposas este año fue tres veces y medio mayor que el año pasado.
La acumulación en pinos y abetos es tan densa que se cuenta el área cubierta más que los insectos individuales.
El número de monarcas que participa de la migración de cinco mil 500 kilómetros desde Canadá y Estados Unidos hasta México se había reducido año tras año, hasta que empezó a aumentar en 2014.
En diciembre pasado, las mariposas cubrieron cuatro hectáreas, comparado con 1.13 en 2014 y 0.67, la cifra más baja, en 2013. Pero está muy por debajo de las 18 hectáreas cubiertas hace 20 años.