El anuncio ocurre en el segundo día del juicio político contra la predecesora de Lula, Dilma Rousseff, quien fue suspendida de la Presidencia en mayo.
La investigación apunta a que el inmueble fue remodelado para el ex presidente por la constructora OAS a cambio de un trato de favor. Lula, jefe de Estado entre el 2003 y el 2010, niega que la casa sea suya o que haya estado reservada para él.
La Justicia debe decidir más adelante si acusa formalmente a Lula y su pareja de corrupción. La Policía Federal apuntó hoy también a otras dos personas por las presuntas prácticas corruptas.
La operación conocida como “Lava Jato” —”Lavado de autos”— investiga el que es considerado como el mayor escándalo de corrupción en la historia de Brasil.
Unos 50 políticos están actualmente bajo investigación debido al presunto pago de sobornos por parte de empresas que obtuvieron licitaciones de Petrobras.
El gigante energético semiestatal registró el año pasado pérdidas de unos 34 mil 800 millones de reales (unos 10 mil 700 millones de dólares), después de que se destapase el escándalo en el 2014.
Las acusaciones contra Lula se dieron a conocer el viernes en medio del juicio político para destituir definitivamente a su sucesora, Dilma Rousseff.
La presidenta, también del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), está suspendida del cargo desde mayo y es acusada de maquillar las cuentas públicas en 2015 para ocultar el verdadero déficit fiscal.