Cuando una persona empieza su proceso de vida saludables es normal que dentro de las primeras semanas el paciente baje más peso debido a un acomodamiento que existe.
La nutricionista Cristina Pellecer, explica que en cada persona es diferente. Cuando se apega al plan de alimentación guiado por un especialista y hace ejercicio, el cambio es paulatino y podrían pasar en promedio de dos a tres meses para empezar a ver una transformación más drástica.
El acompañamiento es importante para evitar descompensaciones o caer en dietas que prometen una pérdida muy rápida, pero que al final solo hace que se pierda músculo y agua. Esto último hace que el cuerpo pudiera tener un efecto rebote y aumentar el doble o triple de lo alcanzado.
Al respecto, la nutricionista Ana Waleska Solares, explica que el rebote se da cuando no cambiamos de hábitos y regresamos a los anteriores y nos da un resultado negativo.
Podría estancarse o estar en otro proceso
El apoyo de un nutricionista o un experto certificado en el tema de salud le da la ventaja de conocer que su cuerpo funciona y responda de distintas maneras.
Para comenzar es necesario reconocer que el peso no es lo único que indica cómo está su proceso. En su seguimiento con el especialista podría medir cuestiones como las medidas corporales que también podrían bajar y en especial las libras de grasa, que representan un avance importante.
Así, si usted no ha bajado de peso, pero si de niveles de grasa, ha generado músculo por el ejercicio que hace y además mantiene niveles de hidratación óptima va por muy buen camino.
Esto último se mide con balanzas y aparatos especiales que ayudan a ver el progreso de forma más completa.
Ahora bien, si después de esto todo se encuentra sin mayores cambios es probable que se requieran unos ajusten en su programa de alimentación y ejercicio.
Se podría evaluar la ingesta calórica, verificar si existen calorías vacías dentro del plan o si se está ingiriendo más que lo que esta gastando y hacer los cambios pertinentes.
En este punto, Solares sugiere que podría requerirse agregar actividad física, combinarla o cambiarla para obtener mejores resultados. “La mayoría de las personas deben ejercitarse 30 minutos al día, pero las personas que están tratando de adelgazar deben ejercitarse con mayor frecuencia o aumentar la intensidad de los ejercicios para quemar más calorías”, dice la nutricionista.
Pellecer sugiere que este control de la alimentación se siga incluyendo las verduras y frutas, así como las fuentes de proteína como carne, pollo y pescados, sin olvidar los carbohidratos, los cuales son necesarios en una cantidad apropiada.
Prefiera los carbohidratos complejos, que se digieren más lento. Estos se encuentran en granos integrales, legumbres, maíz, papas y calabazas.
También explica que aunque se haga la cantidad recomendada de ejercicio se tiene que trabajar en una vida activa y aprovechar los distintos momentos del día para moverse.
El descanso reparador también es beneficioso. Pellecer agrega que una vida sana, también incluye que por lo menos una vez a la semana se tenga un tiempo personal para relajarse y descansar.
Siga motivado
Pellecer dice que la motivación más importante es reconocer lo queremos hacer por nosotros mismos, no porque los demás lo están pidiendo.
“Cuando un cambio no es voluntario existe más probabilidades de abandonar los objetivos”, aclara Pellecer.
Algo que es muy efectivo es recordar los logros que se han tenido, agrega Solares. “Así reconocemos qué somos capaces de hacer con la constancia en los buenos hábitos”, comenta.
Atrévase a retomar sus metas. La motivación está en el interior y para activarlo puede ser útil contar con pensamientos positivos, como, imaginar y visualizar los logros que va a seguir obteniendo, dice Solares.
Agrega que sin importar lo que haga, no se de por vencido, y no retome sus antiguos hábitos de alimentación y vida sendentaria. Celebre sus éxitos y continúe esforzándose para mantener la salud y llegar a su peso ideal.
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