“Los estudiantes necesitaban un lugar para comer y como en la zona 4 no habían opciones, apostamos a instalar la cafetería de la academia y atender a ese nicho de mercado”, cuenta.
Estrada recuerda que su primer equipo fue una máquina casera para hacer emparedados y un aparato para preparar café, que compró en un restaurante que estaba en quiebra, a dos cuadras de la academia.
Café Despierto pasó por diferentes retos, pero eso contribuyó al éxito.
Darse a conocer fue un desafío, así como obtener créditos o atraer inversionistas, por ser un proyecto joven.
Hacer efectivos los procesos operativos fue otro reto, así como pasar de la informalidad a la formalidad, ya que eso requirió de dinero y tiempo.
La creación del menú demandó mucha creatividad e innovación.
El mobiliario, dice, lo consiguió de diferentes restaurantes que ya no funcionaban y el mostrador era de la tienda de materiales eléctricos que utilizó su padre en 1960.
El emprendedor comenta que el sector donde se ubicaron era industrial y los alumnos de la escuela, trabajadores de las fábricas y oficinas, eran sus clientes. “Fue una excelente oportunidad para conocer el mercado y escuchar al consumidor”, relata.
Estrada recuerda que cuando comenzó, su primer menú incluía emparedado y una bebida. En esa época, nadie llegaba almorzar, y se le ocurrió vender pizza, para lo que compró un horno de leña con el que empezó a tener más éxito; después incluyó ensaladas y ahora ofrece 50 productos en los tres tiempos de comida, además de refacciones.
Con el transcurrir del tiempo, el proyecto fue estabilizándose y los pedidos, incrementándose, además de que le solicitaban que abriera en otro lugar más accesible.
Un año y medio después inauguró un segundo local, en la 16 calle 0-51, zona 14, y en la actualidad cuenta con un tercer proyecto, ubicado en la antigua carretera a El Salvador, kilómetro 9.5, San Jorge Muxbal.
Estrada deseaba que su proyecto tuviera lo que él no conseguía en el mercado, como salas de reuniones sin costo, ingreso de mascotas y parqueo para bicicletas.
“Eran necesidades insatisfechas en el mercado”, expresa.
“Café Despierto es una comunidad y el nombre fue pensado porque deseo lograr que se despierten cosas. Pretendo que sea un café inclusivo para que la creatividad fluya, atraer a gente despierta y chispuda”, afirma el emprendedor.
Los locales, según Estrada, son inspiradores, ya que son una extensión de un hogar. El menú es particular, porque despierta el deseo por probar cosas diferentes. En la actualidad, Café Despierto emplea a 26 trabajadores.