“Si bien es cierto que esta es mi última competición y que los documentos están listos desde 2008 para recurrir a la eutanasia, no quiero morir de inmediato”, continuó Vervoot quien padece una enfermedad degenerativa por la que le dificulta cada vez más hacer deporte, su “razón de ser”.
Bélgica autoriza la eutanasia, pero “no es fácil”, dice Vervoort. “El proceso es largo, es difícil de conseguir los papeles. Yo tenía que probar que mi enfermedad avanza y no hay posibilidad de que se mejore. Tres médicos tuvieron que certificar”, dijo.
“La eutanasia no significa asesinato; para mí significa descanso. Estoy en paz y todavía quiero disfrutar de mis amigos, mi familia”, continuó la mujer de 37 años de edad.
Confirmó que dejará de competir después de los Juegos Río-2016, “no porque no me gustan los deportes, sino porque mi cuerpo no puede. Voy a sufrir demasiado”. “Me gusta disfrutar de cada momento. Llegará el día en que habrá más días malos que buenos días, así que tengo mis papeles en la mano para la eutanasia”, agregó.