De acuerdo con expertos, este es un comportamiento anormal de esa especie que, por lo general, se escabulle entra la maleza cuando nota la presencia de personas.
Sin embargo, los conservacionistas manejan dos teorías de lo que pudiera estar ocurriendo. La primera es que la hembra oculta en un lugar cercano a su cría para protegerla de los jaguares, pues estas cuando son recién nacidas son presa fácil para ese tipo de felinos.
“Podría ser que en algún lugar cercano proteja a su cría, pero cuando esta logre algún grado de independencia lo más seguro es que se marche hacia lo más espeso de la selva”, dijo el guardarrecursos de la Fundación para el Ecodesarrollo y la Conservación (Fundaeco), Francisco Asturias.
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Asturias asegura que los jaguares gustan cazar crías de tapir, debido a que estas no pueden correr para ponerse a salvo, por lo que los adultos optan por mantenerlos ocultos durante un tiempo mientras los riesgos disminuyen; además, esos felinos huyen de los humanos, por lo que con seguridad no llegarán al campamento.
Otra de las teorías que respalda el hecho de que este animal salvaje no le tema a los seres humanos es que su instinto de sobrevivencia le indica que ninguna de las personas que está en el campamento le hará daño.
Asturias asegura que en ese lugar el tapir consigue el fruto de un árbol denominado cericote y, aparte de todo, está segura, porque el objetivo de quienes están en el campamento es proteger las especies y los recursos naturales.
“Aquí con nosotros está segura y aparte de todo hay suficiente alimento y por eso podría ser que no nos teme y deja que nos acerquemos a ella”, explicó Asturias.
Especies importantes
Expertos en medioambiente aseguran que el tapir forma parte de las tres especies que sirven de base para que los científicos determinen que un bosque posee biodiversidad “perfecta” en estado natural.
Añaden que si en una selva hay jaguares, tapires y jabalíes el bosque posee equilibrio natural que propicia la sobrevivencia de muchas especies, lo que ocurre con la mayoría de las zonas selváticas de Petén, principalmente las que forman parte de áreas protegidas.
El tapir es un animal solitario, por lo que hacer un censo de su población resulta complicado, señalan conservacionistas, quienes añaden que, pese a eso, se sabe que en la Reserva de la Biosfera Maya hay un número considerable.
Para proteger los bosques de la Reserva de la Biosfera Maya y las especies de flora y fauna que la habitan es necesario contar con el apoyo del Gobierno y de organizaciones ambientalistas.
Según personeros de la Fundaeco, para mejorar la cobertura en el Parque Nacional Río Azul y Biotopo Dos Lagunas se requiere de:
- 60 guardarrecursos
- 5 puestos de control
- Vehículos
- Equipo de comunicación
- Q6 millones al año por parte del Gobierno, pues en la actualidad aporta Q500 mil
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