Revista D

Hugo García Montenegro: se debe comprender, no memorizar

Su vida estudiantil estuvo llena de dudas, eso le mostró que en toda formación debe primar lo analítico en lugar de la memorización.

Considera fundamental la Gramática para la correcta comunicación y enseñanza en las aulas. (Foto Prensa Libre: José Luis Escobar).

Considera fundamental la Gramática para la correcta comunicación y enseñanza en las aulas. (Foto Prensa Libre: José Luis Escobar).

Retirado de su vida profesional, el ingeniero civil Hugo García Montenegro ocupa su energía en la promoción de sus textos de Gramática y Álgebra. Reconoce que no es docente pero siempre tuvo una mente muy analítica y eso le permitió sobreponerse a las bajas calificaciones y a rendir al máximo en sus años de estudiante universitario.
Sus libros invitan al estudiante a comprender y como él dice, a analizar en lugar de memorizar una lección, a “aprender por comprensión, no de memoria”. García Montenegro cuestiona dicha práctica en el sistema educativo y habla del alcance negativo que tiene en la sociedad.

Apuesta por el afán de aprender. ¿En qué consiste?

El sistema educativo culpa a los alumnos de su mal rendimiento. El interés por aprender es una capacidad que desarrollamos desde que somos bebés, nacemos con esa avidez. Cuando los niños comienzan su formación llegan a la escuela o el colegio con entusiasmo de saber. Los padres de familia siempre presumen de lo brillantes que son sus hijos cuando recién comienzan preprimaria. En los otros ciclos todo cambia.

¿En qué momento se desaprovecha esa disposición natural?

Se pierda cuando el niño debe empezar a analizar y no solo a memorizar. Fomentar la parte analítica hace, naturalmente, que recordar sea más fácil. Un infante que no comprende lo que se le explica sencillamente recurrirá a la memorización pero no para aprender sino para satisfacer la nota que el sistema exige y así  aprobar un examen o una materia.

¿En qué repercute?

Cuando el trabajo de memorización no da más se recurre a la trampa, al anotar el contenido a evaluar en papeles o sitios que se ocultan de la vista del profesor. Estos apuntes llamados “chivos” son una forma temprana de corrupción. Estamos obligando a que los niños recurran al engaño para conseguir un propósito. ¿Cómo podemos tener buenos líderes así?  Si formáramos alumnos con capacidad analítica tendríamos mejores profesionales en lo administrativo y político, así como en el sector público, privado y en el gremio artesanal. 

¿Por qué todo pareciera funcionar óptimamente en la preprimaria?

En términos generales diría que así es pero debido a esa predisposición natural por aprender  para el niño es muy fácil memorizar. Repite todo lo que ve y escucha. En  prekinder y el kínder se fomenta muy bien esta etapa. El problema surge cuando en la primaria deben empezar a comprender, por ejemplo, cómo funcionan las tablas de multiplicar o las reglas  gramaticales. En ambos casos la memorización es insuficiente porque se debe trabajar lo que yo llamo “las dos clases de inteligencia”

¿Cuáles son?

Es una clasificación que a partir de apreciaciones personales he dado a nuestra capacidad para aprender. Tenemos la inteligencia memorística y la analítica. 
La primera es la que normalmente, pero de forma incorrecta, consideramos como inteligencia. Es la etapa que mejor desarrollamos de pequeños. Por eso los padres dicen “todo se le queda” refiriéndose a sus bebés.
La segunda involucra la razón y el análisis, esta comienza en la primaria, cuando el estudiante deja de repetir el nombre de los colores y los números del 1 al 10 para aprender la Gramática y  la Matemática, estas son el primer reto para nuestra inteligencia analítica. Ambas son vitales, en especial la primera.

¿Por qué?

Porque nos comunicamos por medio del idioma español. ¿Cómo vamos a transmitir correctamente los conocimientos si no conocemos sus reglas? Da pena leer y escuchar cómo se expresan nuestros funcionarios. No saben hablar, otros escriben fatal. Lo mismo sucede en los círculos profesionales. Ocurre también con los maestros, lo cual es mucho peor porque con esas mismas faltas están formando nuevas generaciones. Claro, no estoy afirmando que todos sean así, pero hay varios casos.

¿Tuvo maestros de ese tipo?

Sí. Mis primeros años estudié en Jalapa, donde mi padre era médico. Como todos, al inicio fui un estudiante destacado. Era muy niño y no miraba el estudio como una carga sino como un juego. Mis notas eran de 90 y 95. Pero al mudarnos a Guatemala y empezar la primaria tuve problema con Matemáticas y era porque solo me habían fomentado la inteligencia memorística. En cuarto primaria un profesor me dijo: “García, usted tiene la capacidad para ser de los mejores alumnos”.
Sus palabras me motivaron para aprender más allá de lo que me explicaban en la clase. Esa experiencia me hizo apreciar de mejor manera los números y considero que marcó también mi decisión por estudiar Ingeniería Civil.

¿Hay alguna fórmula para fomentar la parte analítica?

No podría dar una lista de consejos, no funciona de esa manera. Todo se sintetiza en preguntar. Lo peor para un estudiante es quedarse con una duda. Tristemente el sistema no fomenta que preguntemos. Cuando alguien lo hace se enfrenta por lo general a dos situaciones: a un maestro que por no comprender el tema le repite lo que dice el libro, lo cual no satisface al niño; y el otro cuadro es la burla de los compañeros.
 Ese niño probablemente levantará la mano una, dos o hasta tres veces. Pero luego guardará silencio y en el mejor de los casos buscará otras fuentes para informarse y suplir la deficiencia que hay en su salón. Fue lo que me sucedió, especialmente en la  universidad, por eso aprovechaba las vacaciones para ampliar mis conocimientos y aprender más. Es una pena que ahora, al llegar el descanso, los estudiantes tengan apatía por instruirse en su tiempo libre.

Hablemos de su faceta como autor. ¿Qué tipo de libros ha publicado?

Cuento con dos, Gramática del idioma español e Introducción al álgebra lineal. Son dos humildes aportes en los que comparto mis conocimientos. Con el primero busco simplificar el estudio de la gramática de nuestro idioma, en lo que al lenguaje técnico se refiere, porque considero es un mecanismo de comunicación que debe usarse correctamente. De los dos, este es el libro de más valor para mí, por las razones que ya expuse. La primera edición es de noviembre del 2015 y cuenta con una actualización, hecha en mayo del 2016.
El libro de Álgebra surgió de apuntes personales. Tengo 65 años y por mucho tiempo me dediqué al cálculo estructural en mi carrera de ingeniero. Es para ayudar a los estudiantes de esta carrera a quienes explico de forma sencilla muchos conceptos. Una editorial colombiana estuvo interesada en publicarlo pero ya no se concretó el proyecto. 
En North Polaris, mi sitio en línea, se puede consultar el primer capítulo de cada obra, así como leer algunos de mis artículos relacionados a otros campos de mi interés.

¿Cómo cuáles?

Los artículos guardan relación con la lógica elemental. Entre otros temas me he interesado por saber de Geografía, Geología, Geomorfología, Geodesia, Fotogrametría, Cartografía, Ecología, Biología, Astronomía, Química, Física y electricidad.
 También tengo experiencia en oficios de mecánica automotriz, carpintería, plomería, electricidad y litografía. Hasta antes de una operación en uno de mis ojos, reparaba con precisión instrumentos como teodolitos, niveles, microscopios, forópteros.

¿Qué opina del sistema educativo?

La nota no es un indicativo de que el niño haya aprendido. Simplemente es una señal de que ha ganado. Esa es mi principal crítica al sistema educativo, fomenta un círculo de malos educadores enseñando a malos estudiantes. Tener muchos títulos y diplomas solo demuestra que la persona pasó por el sistema, no implica inteligencia, solo que cumplió con ciertos requisitos.
 

Ingeniero

  • Nació en Guatemala en 1942. Se graduó de Ingeniero Civil en 1967 en la Universidad de San Carlos de Guatemala.
  • Posgrado en Fotointerpretación Aérea, en el área de Geología del Centro Interamericano de Fotointerpretación, en Bogotá, Colombia, 1973.
  • Ha trabajado en estudios e informes técnicos como: Métodos de ensayo simples para materiales de construcción (1993), Conceptos y abreviaturas geográficas (1992), Introducción al problema del medioambiente (1974) y Sistema de almacenes para la Dirección General de Obras Públicas (1988).
  • Patentó un adminículo que permite aprender las tablas de multiplicar.

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