Escenario

El sueño de Karen Martínez

Una fotógrafa con muy buen ojo que de pronto está frente a la cámara, una artista escénica repentinamente halla una oportunidad dorada, una joven que vive en Ciudad Quetzal y esta semana pasó por la alfombra roja del festival fílmico más famoso del mundo, el de Cannes: ella es Karen Martínez, de 17 años, quien actúa en La Jaula de Oro, producción mexicana sobre el drama de los migrantes, que el viernes ganó el Premio Gillo Pontecorvo y ayer otro en la categoría Una cierta mirada.

La cinta es la ópera prima del director Diego Quemada-Diez.

La audición

Karen estudia actualmente el Bachillerato en la Escuela Nacional de Arte Dramático pero antes formó parte del proyecto Caja Lúdica, que enseña habilidades escénicas, baile y gestión artística a jóvenes de zonas marginales, como oportunidad de expresión y método para reducir la violencia.

“Antes de la peli trabajé en mi comunidad, Ciudad Quetzal, en un proyecto de arte popular en el instituto básico donde estudié y también en el Movimiento por la Vida y La Paz”.

En 2011 se convocó en Guatemala a audiciones para el proyecto de una cinta sobre migrantes.

“Fue en agosto y yo estaba en un foro de política pública de juventud en Caja Lúdica. Estaban haciendo el casting y yo no quería entrar, pero al final uno de mis profesores me animó y participé. Se interesaron en mí”, cuenta al referirse a la producción dirigida por el español, naturalizado mexicano, Diego Quemada-Diez.

Después, ya en la filmación, confiesa que por momentos fue “tediosa” y “agotadora”, debido a los horarios de llamado. “Se trabajaba mucho en noches y madrugadas, además había cambios constantes de locación”.

Experiencia

No tenía miedo a estar lejos de casa, en zonas desérticas de México que son ruta de migrantes. “Más bien tenía miedo de que algo del material no quedara bien, pero Diego nos animó mucho”, cuenta.

Junto a ella figuran otros dos jóvenes, Brandon Díaz, también guatemalteco y Rodolfo Domínguez, un indígena tzotzil de Chiapas, cuyos personajes efectúan un viaje plagado de penurias y peligros. “El nombre de mi personaje es Sara y me enseñó mucho con su fuerza de decisión”, agrega Karen, quien ha disfrutado al máximo los días en la costa de Cannes, donde se ha tomado tiempo para caminar por la playa o recorrer glamurosos sitios junto a sus compañeros de elenco.

“Sí ha estado un poco cansado con tantas reuniones, pero no me puedo quejar”, añadió a través de una comunicación mediante el chat de Facebook y por correo electrónico.

“La vivencia en Cannes es algo impactante por que ves de todo y hay tantas películas en todas la secciones y el estar nominados es un gran honor”, dice y ello la inspira a soñar en un futuro con más oportunidades para jóvenes como ella. “Hay tantos talentos y muchos aún no se conocen”, afirmó.

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