Desde Ryad la coalición liderada por Arabia Saudita negó cualquier implicación en los bombardeos y adujo en un comunicado que habría que que considerar “otras causas” del ataque, calificado de “masacre” por los rebeldes.
Entre las personas reunidas por el funeral figuraban responsables hutíes, los rebeldes que se apoderaron de Saná hace más de dos años y a quienes combate la coalición árabe en apoyo del gobierno reconocido por la comunidad internacional.
Los bombardeos apuntaron contra un edificio en la capital, controlado por los rebeldes, donde aparentemente un grupo de personas se había reunido a media tarde para presentar su pésame por la muerte del padre del ministro de Interior rebelde, Jalal Al Ruishen, informó el portal de noticias de los rebeldes Sabanews.net.
Una fuente de seguridad, citada por la misma página web, dijo que un enorme incendio se había declarado en el edificio.
Los equipos de rescate retiraban cuerpos calcinados y trataban de sacar otros atrapados entre los escombros, informó un fotógrafo en el lugar.
Algunos heridos habían perdido sus piernas y estaban siendo tratados allí mismo por voluntarios, agregó.
Las ambulancias evacuaban a las víctimas y los hospitales lanzaron un llamado para que la gente donara sangre, según los habitantes.
“Un avión lanzó un misil y minutos después otro avión atacó” el edificio, dijo.
Otro testigo, que pidió el anonimato, describió el ataque como un “crimen de guerra”.
“Era el funeral de un hombre en Saná y ahora se ha convertido en el funeral de decenas de yemenitas”, afirmó.
La cadena de televisión rebelde Almasirah afirmó que el alcalde de Saná, Abdel Qader Hilal, estaba entre los fallecidos.
Los rebeldes no precisaron si Ruishen u otras personalidades aparte de Abdel Qader Hilal se encontraban allí en el momento del ataque.
ONU exige detener violencia
“La violencia contra los civiles en Yemen debe cesar de inmediato” exigió en su comunicado el coordinador humanitario de la ONU en el área.
“La comunidad humanitaria de Yemen esta en shock y escandalizada por los ataques aéreos de hoy, que tuvieron como blanco una sala pública donde miles de personas participaban en un funeral”, agregó Jamie McGoldrick.
Los hutíes se apoderaron de Saná hace más de dos años y controlan también otras regiones del país. El gobierno yemenita, que tuvo que huir del país, intenta recuperar el terreno perdido con el apoyo de la coalición árabe liderada por la vecina Arabia Saudí.
Rebeldes amenazan con represalias
El ataque “no quedará impune”, advirtió el Consejo Político Supremo, establecido recientemente por los hutíes y sus aliados, partidarios del expresidente Ali Abdalá Saleh, e instó a sus simpatizantes a “usar todos los medios para responder a este crimen”.
Además, el consejo pidió a los yemenitas que participen en una manifestación el domingo por la mañana frente a la oficina de la ONU en Saná para protestar por los “crímenes de guerra” de la coalición.
Organizaciones de defensa de los derechos humanos han acusado a la coalición, que interviene en Yemen desde marzo del 2015, de cometer “errores” después de que sectores civiles se hayan visto alcanzados por sus bombardeos.
El 15 de marzo del 2016, bombardeos aéreos contra un mercado en la provincia de Haja (noroeste de Saná) causaron, al menos, 119 muertos, según Unicef. Un jefe tribal próximo a los rebeldes acusó a la coalición.
El conflicto en Yemen ha causado más de seis mil 700 muertos, según la ONU.